El entrenador del Málaga CF, Míchel González, se mostró ayer bastante satisfecho del juego desplegado por su escuadra en Villareral, pero no ocultó su decepción por el desarrollo de la última fase del partido, con dos dianas que no hacían justicia a lo poco que los locales habían aportado en ataque hasta que se rompió la igualdad. «No damos la sensación de ser un equipo que esté tan abajo. Pero la realidad es otra. Nos hemos equivocado media vez y nos ha costado un primer gol», argumentó.

El técnico madrileño apeló al excesivo castigo que supuso el doblete de Sansone en un tramo de apenas ocho minutos. «El Villarreal empezó bien, pero poco a poco nos fuimos sintiendo más cómodos. Al encajar el primer tanto ya nos ha costado un mundo. La sensación del partido no ha dado para perder por dos goles a cero. No recuerdo que Roberto haya tenido que intervenir mucho. Pero está visto que alguna vez la moneda tendrá que caer de nuestro lado», agregó.

Incidió en el «error en cadena» que propició la primera diana. E indicó que cuando uno se equivoca de esa manera lo lógico es que se pierda: «El gol ni siquiera ha sido una jugada de peligro. Estando replegados estábamos empezando a hacer mucho daño, jugando para ganar. No hay más justificaciones en cuanto a lo sucedido».

Recordó asimismo que el cuadro castellonense «tiene jugadores de un gran nivel y están en una gran racha». O que sus pupilos no salieron a encerrarse, «sino que siempre buscamos la profundidad, manejando el partido hasta llevarlo a nuestra orilla», reconoció.

Acerca de los posibles refuerzos en el mercado invernal, Míchel expresó que queda mucho recorrido liguero hasta diciembre. «Hay de momento que seguir. Una parte de lo que hemos visto dice que no tenemos poco y otra, que dice que tenemos que mejorar. Pero el camino a corto plazo dice eso, debemos pretender no cometer un error en todo el partido».

En este sentido, con los errores que rompieron las tablas en el tanteo bien entrada la segunda mitad, el adiestrador madrileño confía en que la plantilla blanquiazul pueda enderezar el rumbo y recuperar la confianza, de manera que los goles rivales no supongan tan importante mazazo, en lo anímico, en la mayor parte de las ocasiones.