Roberto Jiménez Gago (Fuenlabrada, 10 de febrero de 1986) es de los jugadores de la plantilla del Málaga más destacados, pese a ser uno de los porteros más goleados de Primera. El madrileño asegura que el equipo nunca ha perdido la fe en la permanencia y las dos victorias seguidas en casa demuestran el espíritu competitivo que existe.

El Málaga sigue sin dejar la portería a cero, pero al menos ya empiezan a llegar las victorias. ¿Es una buena base para ir creciendo?

Por supuesto. Al final lo que tenemos que encontrar es el equilibrio, que seamos un equipo solvente atrás y determinante y peligroso arriba. Las victorias te dan muchas cosas, entre ellas la oportunidad de seguir creciendo. Vamos a empezar por ganar y luego ir solucionando el resto de cosas. Yo firmo ganar todos los partido 3-2, ser el portero más goleado de LaLiga, pero que al final de la temporada hayamos hecho los deberes.

¿La afición sigue siendo un motor fundamental para el equipo?

Totalmente. En la situación en la que estamos inmersos necesitamos de todos, de la afición, de los jugadores titulares, de los que salen desde el banquillo. Creo que entre todos tenemos el gran potencial de mejorar mucho esta situación. Más allá de los puntos, para nosotros que la gente se vaya a su casa feliz, habiendo disfrutado, los niños sonriendo, es lo más importante. Esto es un juego y al final lo que importa es el que paga se divierta.

La capacidad de remontar que mostró el equipo certifica que el Málaga está vivo...

Creo que eso muestra el espíritu de este grupo. No es fácil salir y competir en esta situación, que también es cierto que hemos sido nosotros los que la hemos generado, con tantas derrotas seguidas sin sumar. Pero creo que el equipo está demostrando tener la capacidad de reaccionar, de sobreponerse a todas las adversidades y de ganar un partido que se había puesto muy complicado.

Este triunfo, después de los resultados que se han dado esta jornada, ¿era más importante?

El triunfo se celebra, pero solo un rato. Luego eres consciente de que el equipo sigue en una situación complicada, que la intención de formar este grupo al principio de temporada no era con el fin de sufrir estando abajo. Cuanto más victorias sumemos más normalidad se le darán a las victorias y las celebraciones irán siendo más escuetas.

Por lo menos se ha abandonado el farolillo rojo...

Todo suma. Mirar la clasificación y ver que escalas posiciones es algo que te ayuda a mantener la moral de cara al siguiente partido. Esto demuestra que somos capaces de mirarnos a la cara y confirmar que somos capaces de conseguir lo que nos propongamos. De remontar, de marcar tres goles, de pasar una situación complicada... el mensaje nos lo tenemos que creer nosotros mismos.

Además el equipo empieza a recuperar para la causa a jugadores como Borja, Juanpi, Ontiveros...

Nos alegramos mucho de que los jugadores que salen desde el banquillo y que no están gozando de tantos minutos aporten cosas tan fantásticas, como el gol en caso de Borja o las asistencias de Onti y Juanpi. Todo esto suma y hace que el nivel de exigencia de la plantilla aumente. De esto nos beneficiamos todos.

¿Las esperanzas de seguir en Primera siguen intactas?

Nosotros nunca las habíamos perdido. Es cierto que necesitamos muchas victorias, contra el Celta conseguimos la segunda, que nos ha dado un plus de confianza muy grande. Hemos dado un salto en la clasificación y todo eso será positivo de cara a los próximos partidos.

¿La Rosaleda comienza a ser un fortín?

Para cualquier equipo de abajo el hacer las cosas bien en su campo es fundamental. Sabemos que puntuar fuera es complicado y para un equipo como el nuestro que aún no ha conseguido una solidez importante debemos hacernos fuertes en casa. Debe ser nuestra mejor bala.

¿Se puede sacar algo positivo del Bernabéu el sábado?

No vamos a descubrir la pólvora ninguno. Sabemos a qué estadio vamos, a qué rival nos vamos a enfrentar, pero creo que el equipo en los partidos que ha jugado contra los grandes ha mostrado una buena cara y sin duda es el mínimo que podemos ofrecer.