Isco, el ojito derecho de la afición del Málaga CF, tal y como demostró en su visita con la selección española hace escasos días a La Rosaleda, sigue siendo un buen amigo para el equipo blanquiazul. Por el motivo que sea, Isco Alarcón no acaba de sacar el tarro de las esencias cuando se enfrenta con el equipo de sus amores, por el que ha declarado, una y otra vez, su cariño. Cuando el Málaga se ha medido a Isco, el genial futbolista de Arroyo de la Miel no ha jugado su mejor fútbol. Y esta vez, tampoco lo ha hecho. De hecho, Zinedine Zidane le sustituyó mediada la segunda parte, con 2-2 en el electrónico, para que entrara el croata Modric.

Por una razón o por otra, el Málaga consigue descentrar al malagueño. Sólo en el último enfrentamiento, en La Rosaleda la temporada pasada y jugándose el título de Liga el Real Madrid, Isco pudo sumar una asistencia de gol cuando se ha medido al conjunto blanquiazul. Hasta entonces no había tenido incidencia directa en los resultados. Eso sí, el balance para el Real Madrid es demoledor con Isco en el campo ya que en esos ocho enfrentamientos han ganado seis y han empatado dos. Y aunque Isco no ofrezca su mejor versión, sí es una pieza más en el engranaje blanco.

Este sábado en el Bernabéu tampoco se vio la mejor versión de Isco. Algún detalle, buenos pases, gestos técnicos de primerísimo nivel y mucha presencia en el campo. Pero ningún gol, ninguna asistencia... Nada realmente importante que desequilibrase el encuentro. Isco, de hecho, se marchó sustituido, con todo el Santiago Bernabéu puesto en pie. Porque no sólo le ovacionó la afición blanca, sino que los seguidores del Málaga CF desplazados al Bernabéu también lo hicieron.