A rey muerto, rey puesto. Y tras la salida de Míchel, el Málaga CF necesita un nuevo entrenador. El casting ya se ha puesto en marcha, porque aunque el conjunto blanquiazul esté en puestos de descensos con unos dígitos que casi lo condenan al descenso en el ecuador del campeonato, el banquillo malaguista no deja de ser apetecible. Hay tiempo, aunque el acierto tiene que ser máximo por parte de la dirección deportiva y el margen de error deportivo es mínimo.

Mario Husillos, director deportivo del Málaga CF, tiene por lo tanto trabajo por delante. Y la lista de nombres, aunque es prematuro, es variada. Pero el ejecutivo blanquiazul no tendrá la última palabra, ya que el presidente Al-Thani suele tener una posición de peso a la hora de elegir entrenador. Así sucedió en los últimos años, salvo con la llegada de Javi Gracia, que fue una apuesta personal de Husillos.

Algunas soluciones podrían estar en casa. Y es que algunas voces apuntan a darle la confianza a Manel Ruano, hombre de club y técnico del filial malaguista que ha cosechado buenas temporadas con el Atlético Malagueño en Tercera -aunque sin lograr el ascenso-. No es descartable que el club le de por el momento el mando a la espera de buscar un sustituto definitivo, aunque puede ser una figura a tener en cuenta.

Otros también miran con añoranza a Antonio Tapia, ahora director de La Academia pero que ya demostró en etapas anteriores ser un entrenador muy válido, aunque lleva tiempo sin ejercer de técnico. Otro hombre que también sigue vinculado al club es Gato Romero, aunque en labores más sociales que de trabajo de campo.

En el mercado, sin embargo, hay nombres variados y de diferentes estilos. Desde Javi Gracia, ex entrenador del Málaga y que ha sido vinculado con el Espanyol en los últimos días pero que no tiene una buena relación con Husillos, hasta Joaquín Caparrós, Sergio González, Víctor Sánchez o Abel Resino, además del malagueño Boquerón Esteban o el exmalaguista Pablo Guede, enrolado en las filas del Colo Colo chileno aunque con la competición parada.

El club tiene ahora diez días por delante para el próximo partido. Tiempo suficiente para encontrar el sustituto que recupere "una nueva ilusión que motive a todo el malaguismo", según rezaba el comunicado del club con la salida de Míchel.