Segunda División se ha convertido en algo más que una opción en el Málaga CF a tenor de los últimos resultados -está a ocho puntos de la salvación con sólo 33 en juego- y en el seno del club ya han puesto su maquinaria en marcha para planificar la próxima temporada en la categoría de plata. Tal y como se apuntó el pasado lunes en este periódico, el club quiere convertir una desgracia en una ventaja y para ello ya se ha puesto manos a la obra con el escenario de Segunda como principal opción. Se rastrea el mercado de entrenadores y jugadores para intentar que el año en el «infierno» sea único y lo más llevadero posible. Pero a día de hoy y con las primeras previsiones presupuestarias, las cuentas no salen en lo que a los números de la plantilla se refiere.

Con el descenso, indudablemente hay un escenario económico bien diferente al que ahora vive el Málaga CF. Y eso es lo que más quita el sueño a los rectores blanquiazules en las primeras estimaciones para la campaña que viene en Segunda. El actual Málaga CF tiene un presupuesto de 63,5 millones de euros. Asentado en la categoría tras toda una década compitiendo entre los mejores había dotado al conjunto blanquiazul de cierta estabilidad económica. Sin embargo, descender obliga a prescindir de más de 50 millones de euros de derechos televisivos, lo que supondría un bajón drástico económico. Las primeras estimaciones, contando con la ayuda de LaLiga por descenso que rondaría los 25 millones de euros, dejarían un presupuesto cercano a los 40 millones. Sin duda, unas cifras muy elevadas para la segunda categoría del fútbol español, pero insuficientes para el actual Málaga que tendría que rebajar de un mes para otro casi 25 millones de euros de presupuesto en toda la entidad.

Es decir, que esa cifra no se traslada en una ventaja para confeccionar la plantilla. Desde Martiricos se proyecta un equipo con una masa salarial que rondará los 20-21 millones de euros, en torno a la mitad de lo que cuesta ahora (algo más de 40 millones en salarios de plantilla y no confundir con el límite salarial, que engloba más aspectos del club y que esta campaña era de 53,6 millones).

Todos los jugadores de la actual plantilla con contrato en vigor para el próximo curso tienen firmada una rebaja del 50% de su ficha en caso de descenso, salvo Ricca, Santos y Juanpi. Pero la actual plantilla -que contaría con 27 jugadores incluyendo los cedidos que regresarían y con la salida de los que acaban su vínculo con el club-, ya con la rebaja aplicada del 50%, tendría un coste de 26 millones de euros en Segunda. Hay un desfase de cinco millones que compromete y maniata a la planificación.

O sea, que el club deberá soltar lastre en la actual plantilla para poder hacerla sostenible en Segunda. Pero el problema es que casi ningún jugador, por el bajo rendimiento ofrecido, tiene mercado para salir traspasado en unas condiciones óptimas.

Pago de 9 millones de euros

Además, el Málaga CF también tiene otro problema importante que atender el próximo curso. Y es que deberá hacer frente a un pago de nueve millones de amortización de los fichajes de Ricca, Santos, Keko, Rolón y Cecchini.

Los importantes fichajes de los últimos años -entre todos suman la friolera de 20 millones en traspasos más las comisiones que rodean sus fichajes- aún no han sido efectuados en su totalidad, se ha prorrateado los pagos y el club deberá hacer frente la próxima temporada a nueve millones de euros en materia de deudas atrasadas. Este lastre también afecta a la economía del club, que debe hacer frente sea cual sea el escenario. Aunque en ese sentido también quedará amortiguado en cierta medida por el ingreso por las ventas de los últimos años, que también han sido numerosas y cuantiosas.

Sin duda, el Málaga CF deberá volver a reinventarse. Ni todo lo que hay ahora en la plantilla sirve para Segunda ni la categoría de plata admite fallos tan garrafales como los cometidos en los últimos años. El 'disparo' debe ser certero. Porque si se falla, jugar en Segunda podría ser en el futuro el menor de los problemas para el Málaga CF.