El Málaga corta la racha de siete derrotas consecutivas con un empate 0-0 en Balaídos insuficiente para ambos conjuntos. Los de José González resistieron bien el empuje local a mediados de la segunda mitad y al final pudo llevarse el encuentro con un disparo de Lestienne que se estrelló en la madera.

Tras 25 minutos soporíferos, sin apenas aportación ofensiva de ningún equipo, malagueños y vigueses comenzaron a despertar y las ocasiones llegaron, sobre todo por parte de los de José González, que no tuvieron, una vez más, la calidad suficiente para adelantarse en el marcador.

El conjunto blanquiazul salía con comodidad al ataque pero en la zona de tres cuartos morían todos los intentos a la hora de dar el pase definitivo o encarar a un rival. Chory o Rolan fueron los más activos de la primera mitad, pero de momento de poco servía por la nula eficacia ofensiva del Málaga. Muy poco, por no decir nada, del Celta en los primeros 45 minutos.

Continuó la misma tónica tras el tiempo de asueto, aunque con el paso de los minutos el Celta cogió timón del partido y el Málaga comenzó a sufrir. En pocos minutos, Roberto salvó dos ocasiones consecutivas de Iago Aspas y poco más tarde Sergi Gómez tiró contra el palo en la más clara de los celestes en los 90 minutos junto con otra de Aspas que envió fuera incomprensiblemente con la portería vacía.

Supo sufrir el Málaga y en los minutos finales, con el Celta volcado a por la victoria, pudo llegar el tanto que diera el triunfo de los blanquiazules. Keko centro atrás desde la derecha y llegó desde atrás Lestienne para enviar el balón al palo en el minuto 90. Al final, reparto de puntos.

Pero el empate de poco sirve a un Málaga que cada semana ve más lejos la salvación. Ya son 13 de distancia con el Levante, equipo que marca la permanencia en estos momentos, a nueve partidos del final. Solo queda terminar con dignidad y empezar a trabajar desde ya en el ascenso de la próxima temporada.