El Málaga CF está metido de lleno en la planificación de la próxima temporada. Con la sentencia ya conocida del descenso a Segunda, sólo a expensas de que se certifique en jornadas venideras, la dirección deportiva se ha puesto manos a la obra. Y la primera y más importante decisión que debe tomar es la de encontrar un técnico que lidere el proyecto en la categoría de plata para intentar que la vuelta a la elite sea lo más rápida posible.

Tal y como se apuntó días atrás en este periódico, el casting para elegir entrenador está en pleno apogeo. Pero las preferencias de la dirección deportiva van encaminadas hacia Juan Ramón López Muñiz, aunque no se han cerrado las puertas a José Luis Oltra y Joseba Arrasate, entre otros, que son dos de los nombres que el club tiene en cartera. Pero el asturiano es un técnico que conoce la casa y que también tiene una dilatada experiencia en Segunda, además de tener varios ascensos en sus currículo, lo que le convierten en el candidato número uno por la entidad malagueña.

Tal y como apuntó ayer El Desmarque Málaga y ha podido corroborar este medio, el representante de Muñiz -Joseba Díaz- se reunió en tierras gallegas este pasado fin de semana con Mario Husillos. Ahí el director deportivo le deslizó el interés, la propuesta y algunos términos a tratar para tantear el terreno. Y el agente ya le ha trasladado a su representado lo que el Málaga CF quiere de él el próximo curso, tanto económica como laboralmente. Porque Muñiz es más que un entrenador, ya que se implicaría de lleno en la planificación de la plantilla y en la confección del proyecto.

La primera toma de contacto, sin embargo, no ha sido todo lo satisfactoria que cabía esperar ya que las posturas parecen no estar cercanas, al menos por el momento. Muñiz tiene una caché más elevado que cuando salió del club hace diez años -la primera decisión de Al-Thani en el Málaga CF fue destituirle, pese que ya tenía avanzada la planificación del equipo-. Y también tiene más propuestas sobre la mesa, no sólo la del Málaga.

Con su buen hacer, el asturiano se ha granjeado un nombre de «técnico ascensor» -lleva dos ascensos a Primera, uno con el Málaga y el otro con el Levante-, lo que supone también estar entre los entrenadores «top» de Segunda. Pero también es atractivo para equipos de mitad de tabla baja de Primera.

Un caché más elevado

Una de las dudas que rodean a la operación podría ser el aspecto económico. Y es que el Málaga, aunque previsiblemente tendrá el mayor presupuesto de Segunda el próximo curso, tiene condicionada su planificación por los contratos que arrastrará al bajar de categoría -casi todos los jugadores pasarán a cobrar la mitad, según tienen firmado- y por las amortizaciones a las que debe hacer frente.

El asturiano renovó su contrato con el Levante el verano pasado, llegando a cobrar el doble de lo que tenía firmado en el conjunto granota en Segunda -aún está negociando su finiquito, que le contempla otro año más-. Y su caché, por lo tanto, es de un técnico de Primera y no de Segunda, tal y como llegó entonces al Levante de las filas del Alcorcón. Incluso su cláusula de salida en Segunda era de un millón, y en Primera era de dos millones.

Mientras tanto, Muñiz se lo piensa. Puede volver a Málaga para afrontar su cuarta etapa en el conjunto blanquiazul o deja pasar esta oportunidad y aspira a tomar un «barco» de Primera. La pelota está en su tejado, pero el Málaga quiere cerrar cuanto antes la contratación del técnico del próximo curso porque será fundamental que el nuevo entrenador tome parte en la planificación de la próxima campaña.

El club quiere convertir la pésima noticia del descenso en una virtud, ya que arrancará la planificación con más antelación que casi ningún club de Primera o Segunda. Y para ello, quiere y necesita avanzar y quemar etapas.