Siempre la visita del Real Madrid acapara focos, levanta expectación y trastoca de alguna manera la tranquilidad de cualquier equipo que ejerce como local. En Málaga esta situación no es ajena, pese a que la llegada del equipo blanco el próximo domingo sea de las más descafeinadas que se recuerdan por estos lares.

Y es que, la situación clasificatoria de ambos invita a que el partido carezca de mucho interés, más allá de que los numerosos aficionados madridistas repartidos por la Costa del Sol puedan disfrutar de cerca del elenco de estrellas blancas.

Lo cierto es que habrá llenazo en La Rosaleda. Al cierre de esta edición quedaban poco más de 400 entradas a la venta y lo normal es que se cuelgue el cartel de no hay billetes antes del partido.

En todo caso, habrá que ver cómo reacciona el socio malaguista para el choque. El Málaga ya está completamente desahuciado en Liga, virtualmente descendido tras el último varapalo sufrido en Riazor, donde perdió por 3-2 dejándose cualquier opción de permanencia por remota que fuera. Hay una parte importante de la hinchada blanquiazul hastiada por el devenir de la temporada y que podría decidir no acudir el domingo al partido. Otros, en cambio, sí irán a mostrar su malestar por la pésima temporada y otros que aprovecharán su abono para ir a La Rosaleda sin más pretensiones que ver un partido de fútbol y animar a su equipo.

En todo caso, entre los que han decidido no ir al partido hay una parte importante que pretende hacer negocio con su abono. Es una práctica muy extendida de un tiempo a esta parte y los abonados ponen a su disposición a través de internet sus carnets para el partido habitualmente a precios muy elevados. En este sentido, la poca trascendencia del duelo no ha propiciado que los costes por un abono en la reventa se disparen. Hasta el momento, se pagan hasta 100 euros por un abono en reventa, cuando en taquillas las pocas entradas que quedan oscilan entre los 100 y los 125 euros.

Tampoco ayuda que el Real Madrid no se juegue nada de aquí al final de temporada. Los de Zidane llegan a Málaga sin opciones de pelear por el título liguero y con la poca motivación de intentar adelantar en la tabla al Atlético de Madrid y Valencia.

Nada que ver con lo que sucedió la temporada pasada, cuando el Real Madrid llegaba a Martiricos en la última jornada con el título liguero en juego. Hubo mucha polémica en la previa de ese partido, con el extécnico Míchel en el centro de los focos por su pasado madridista.

Para esa cita la reventa se disparó y La Rosaleda se llenó de madridistas, que pudieron celebrar el título liguero tras el triunfo blanco por 0-2. Esta ocasión será diferente y el duelo contra el Madrid será bastante descafeinado. El conjunto blanco, posiblemente saltará al césped con una alineación plagada de menos habituales, aunque una temporada más el malaguismo podrá volver a ver a Isco Alarcón ante la que fuera su afición. Que lo disfruten ya que el año que viene los equipos que visiten Martiricos distan mucho del glamour y expectación que suele levantar el Real Madrid.