La pretemporada 2018/19 es de las más intensas que se recuerdan en el Málaga CF en los últimos años. No por el volumen de operaciones en los banquillos, con 3 fichajes y 2 salidas, sino por la dureza física y el rigor que está imponiendo Juan Ramón López Muñiz en cada entrenamiento.

Salvo en contadas ocasiones desde que hace dos semanas arrancara la pretemporada, las sesiones de trabajo han sido dobles, incluso cuando se han disputado partidos amistosos, como ayer ante el Extremadura, que sen entrenó en el Anexo por la mañana, y el pasado lunes con el Nottingham Forest.

Muñiz no quiere distracciones, quiere trabajo, trabajo y trabajo y que los suyos cojan fondo físico para una temporada muy larga, en una Segunda División que se puede alargar hasta mediados de junio si se juega el play off de ascenso.

Son los jugadores, que en los dos últimos años habían tenido pretemporadas menos intensas, los que están sufriendo las consecuencias.

El cansancio y la fatiga son evidentes e incluso algún peso pesado de la plantilla se ha referido públicamente a ello. «Nos hacía falta que nos exigieran al máximo, que no protestemos y nos va a venir muy bien. Las pretemporadas siempre son duras. Este año vamos a jugar en Segunda por el mal trabajo en Primera. Hay que empezar de cero y no repetir errores», reconoció el madrileño tras la primera semana de trabajo.

Hoy el equipo volverá a tener doble sesión de trabajo y mañana se desplazará a Estepona para completar un stage de nueve días, donde los jugadores no se librarán de las palizas físicas.