Los stages de pretemporada dan para mucho. Incluso para revertir dinámicas y pensamientos iniciales. Eso es lo que está ocurriendo en estos días con Javi Ontiveros. De descarte, el futbolista canterano ha pasado a ganarse un puesto en el Málaga CF 2018/19 a base de esfuerzo, compromiso y ganas.

Y es que, en los planes iniciales del técnico asturiano no entraba el marbellí. Los informes que manejaba Muñiz respecto al comportamiento e implicación del joven talento malagueño no eran los mejores y una de las premisas con las que cuenta el preparador es contar con gente comprometida y dedicada al 100 %.

Lo dicho, Muñiz, después de ver la trayectoria reciente y los informes recibidos por parte del club, no quería a jugadores de ese talante en el equipo. El técnico no dudaba de la calidad y potencial del jugador, que cuenta con registros y condiciones que seguramente no tiene ningún jugador de la actual plantilla blanquiazul.

Pero en un principio, para el entrenador pesaba más tener una plantilla sin «ovejas negras» y sin gente díscola antes que jugadores con mucha calidad pero que no estén al 100 por 100 enfocados en su trabajo, como era quizá la situación de «Onti» en el pasado.

Ahora, quizás consciente de que el tren del fútbol al más alto nivel no pasa varias veces, ni tan siquiera para pocos elegidos rebosantes de calidad y fútbol, como el caso de Ontiveros, decidió aplicarse desde el primer día y poco a poco ha ido revertiendo las ideas que Muñiz se había hecho sobre él.

De hecho, hasta tal punto, que el técnico está encantado con su puesta a punto, compromiso y ganas de ser importante en un año crucial para él y donde su calidad puede y debe ser trascendental en la consecución del objetivo de subir a Primera División.

Ontiveros terminó el curso pasado más tarde que el resto de sus compañeros, implicado en el play off de ascenso a Primera del Real Valladolid, donde jugó cedido desde el pasado mercado invernal. Quizás por el hecho de haber terminado más tarde, «Onti» ha llegado más en forma que el resto y está aprovechando ese tirón para convencer a Muñiz.

Desde el primer amistoso que el Málaga disputó hace semanas contra el Nottingham Forest, es cierto que se vio a otro Ontiveros. Muy metido, con ganas de convencer y con un Muñiz muy encima suyo. Hasta tal punto que durante la concentración de Estepona se ha podido ver al asturiano manteniendo conversaciones en solitario con él, motivando al marbellí y haciéndole sentir importante.

Pero no debe confiarse Ontiveros, ya que este panorama lo ha vivido en pretemporadas anteriores y luego su conducta e implicación quedaron en entredicho, tal y como sucedió el curso pasado, cuyo comportamiento tras varios episodios de indisciplina que derivaron en una toma de medidas drástica por parte del club y de Míchel, entonces su entrenador. Ontiveros estuvo apartado varias semanas del resto del equipo y fue cedido al Valladolid, donde su rendimiento fue de más a menos.

Tal era la poca confianza que en un principio manejaba el actual cuerpo técnico en Ontiveros que incluso el club se reforzó con otro extremo derecho como Renato Santos, en un principio llamado a ser importante en el equipo. Ahora, con Ontiveros teniendo el beneplácito de Muñiz, la competencia en ese flanco derecho del Málaga se antoja feroz, algo de lo que debe beneficiarse el equipo en este curso.