Roberto Rosales no ha convencido a Juan Ramón López Muñiz. El entrenador no acaba de palpar toda la implicación que quiere ver en todos sus hombres y ya le ha comunicado a José Luis Pérez Caminero que la dirección deportiva tiene libertad de movimientos para tratar de liberar uno de los sueldos más importantes de la actual plantilla y aligerar el equipo, al que le sobra aún un buen puñado de futbolistas. Rosales tiene un año más de contrato y las dos partes están jugando al ratón y al gato. El que dé el primer paso perderá dinero. El tiempo avanza y ninguna de las partes enseña sus cartas.

El venezolano tiene una ficha elevada y posee un buen cartel a escala internacional. Varios clubes han mostrado interés en conocer su estado y su predisposición a salir. Sin embargo, el venezolano, por el momento, no da su brazo a torcer.

Su sueldo se ha reducido al descender a Segunda y varios clubes, como Real Betis y Girona, llamaron a su puerta, pero ningún ofrecimiento ha cristalizado. Para el Málaga, su sueldo es un quebradero de cabeza. La Rosaleda le señaló al final del pasado curso, acusándole de ser uno de los responsables de la mala temporada. Ahora, ya metidos en el mes de agosto, el Málaga necesita aligerar su masa salarial. Muñiz ha dado el visto bueno a su marcha, pero siempre en unas condiciones favorables para el club. Por el momento, en esta pretemporada, no se le ve la implicación que exige Muñiz a sus futbolistas para competir en Segunda División. Urge resolver el caso con su agente, Juan Mata (padre), que también es el representante de Juanpi Añor, otro de los futbolistas que desequilibran la economía de guerra del Málaga CF en Segunda.

En el último amistoso del Málaga en Marbella frente al Almería, Rosales no jugó ni un minuto. Rodríguez arrancó en el lateral derecho y luego entró al campo Cifu. Y, a la espera de acontecimientos, se encuentra el fuengiroleño Jesús Gámez, con un acuerdo verbal desde hace tiempo pero al que el Málaga no puede incorporar aún por el overbooking de plantilla.

El ex del Newcastle quiere acabar su carrera en Málaga y, a sus 33 años, se entrena de forma individual a la espera de la llamada del Málaga CF. Pero no llega y el tiempo sigue pasando.

La jornada ayer fue intensa en los despachos de Martiricos, ya que se negocian dos nuevas salidas y alguna llegada. Ignasi Miquel ultima su traspaso al Getafe para seguir su carrera en Primera División. El Málaga pagó por el catalán el invierno pasado 350.000 euros al Lugo y podría venderlo pocos meses después por una cantidad que ronda los cinco millones de euros. El Málaga también trata de «apretar» al Leganés, que quiere fichar al delantero marroquí En-Nesyri. Su cláusula es de 10 millones, pero el «Lega» ofrece poco más de la mitad.

En el capítulo de fichajes, hay que dar salida antes de incorporar a nuevos jugadores. «As» desveló en Cádiz que el club blanquiazul ha ofrecido 500.000 euros por el centrocampista Álex Fernández.