La última temporada completa que Dani Pacheco jugó como malaguista rompió todos los registros históricos del club: 128 goles en su primer año como alevín. El pasado lunes, justo 188 meses después de que se confirmara su traspaso al Barcelona con apenas 12 años recién cumplidos, el pizarreño se volvió a enfundar la misma elástica blanquiazul que por primera vez vistió en 1999.

Aquel tímido niño que era capaz de enchufar a la portería hasta el peor melón que le llegaba desde la banda tenía cualidades casi innatas. Así lo definían los ojeadores que propiciaron su llegada al Málaga CF, con ocho años. Su entorno no tardó en acostumbrarse a escuchar los elogios que sonaban en todos los corrillos futbolísticos. Pero la familia era por entonces muy consciente de que millones de niños se quedan por el camino y no alcanzan la condición de futbolistas profesionales.

Por eso, como relataban ya por entonces a técnicos y tutores, ante todo había que inculcar en el pequeño Dani Pacheco Lobato valores como la capacidad de trabajo y de sacrificio, así como el carácter humilde del que aún hoy puede presumir. Un aspecto que lo atestiguan determinados detalles, como que conserve la amistad de otros canteranos malaguistas de su generación, como el torroxeño Raúl Baena (con el que ha compartido este mismo verano experiencias).

Pero para aquel veloz y determinante jugador alevín campeón de Liga y Copa con el Málaga todo empezaría a acelerarse el día en el que cumplía 12 años, el 5 de enero de 2012. Su mejor regalo de Reyes fue un primoroso Mundial de fútbol alevín celebrado en la provincia de Málaga. Ante ojeadores del Real Madrid y del FC Barcelona se convirtió en el delantero más determinante del torneo con un total de cinco goles en diez partidos.

A Dani no había defensa que lo pudiese frenar y, después de una intensa pugna entre los dos mejores clubes de España y del planeta futbolístico, La Masía terminó por ser su casa para continuar con su crecimiento deportivo. En Barcelona, no obstante, no llegó a pasar más de un lustro. A oídos de Rafa Benítez llegaron los elogios sobre la perla malagueña y en agosto de 2007, con 16 años, se confirmó el traspaso al Liverpool inglés.

Hay fechas que quedan marcadas en rojo para la historia de todo jugador. En el palmarés de Pacheco, el debut con el primer equipo le llegaría el 9 de diciembre del año 2009, en Liga de Campeones y contra la Fiorentina. Dos semanas antes de que en el famoso Boxing Day debutara en la Premier League, frente al Wolverhampton y con victoria por 2-0. Para entonces aquel talentoso jugador especializado en asistencias de larga distancia ya había elevado el título de la Liga de filiales al imponerse al Aston Villa en Anfield Road.

Pero también tenía por delante la oportunidad de convertirse, al año siguiente, en el máximo goleador del Europeo sub’19 con España. Anotó cuatro goles en una competición en la que la selección cayó por la mínima en la final contra Francia (2-1).

Su historia más reciente, tras su regreso a España al ser adquirido por el Atlético, es mucho más conocida. Durante años sonó para reforzar al Málaga CF, pero ha sido ahora, con el reto de regresar a la elite del fútbol nacional, cuando el hijo pródigo ha vuelto a casa.