La visita a Almendralejo esconde más recovecos de los esperados. Y uno de ellos es su delantero, su goleador, el Pichichi de Segunda División. Enric Gallego (Barcelona, 12 de septiembre de 1986) es la principal amenaza para el Málaga CF este fin de semana. Un jugador que ha irrumpido con fuerza en su primer año de profesional, aunque tenga ya 32 primaveras cumplidas.

La historia de Enric Gallego es la de cualquier jugador humilde que no ha dejado de luchar por su pasión. Y es que el fútbol esconde una cara B, la que está lejos de los viajes en chárter, las zonas mixtas o lo focos de las televisiones.

De eso sabe mucho el espigado Enric Gallego, que ha tenido que esperar al ocaso de su carrera para hacerse un nombre. Ahora, con sus cuatro goles la jornada pasada ante el Reus y sus 13 totales en 14 jornadas, es el jugador de moda.

Pero antes, debió compaginar el fútbol en varios equipos de Segunda B con trabajos poco agradecidos. Hasta los 27 años no pudo dedicarse en exclusiva al balompié. Antes trabajó como repartidor, como albañil y también en una empresa de climatización.

Español B, Badalona, Olot y Cornellá fueron sus anteriores destinos. Y en el mercado invernal del curso pasado, el Extremadura decidió apostar por él para el asalto del ascenso a Segunda División previo pago de 200.000 euros. La jugada no pudo salirle mejor, ya que al fin pudo dar el salto a Segunda División, al profesionalismo.

Ahora Enric Gallego está de moda y en racha. Amenaza con seguir marcando, aunque en el bando malaguista algunos ya lo conocen e incluso lo han frenado, como Pau Torres. El duelo está servido.