«Houston, tenemos un problema». Porque ese Málaga CF infalible, el que no había dejado escapar ni un solo punto de casa, que sólo había encajado un gol en Martiricos y que dominaba a su antojo los partidos de local, besó la lona ayer en La Rosaleda contra un rival directo, en el derbi con el Granada y dando unos síntomas preocupantes de inoperancia y de cortocircuito futbolístico. Una derrota que lo aleja un poco más de la cabeza -cuartos a la espera del Albacete para ser incluso quintos- y que demuestra que este equipo es terrenal, que no tenía ni superpoderes ni una coraza indestructible cuando jugaba de local.

En la mutación del conjunto blanquiazul hacia un Málaga CF desconocido, al menos en casa, tuvo mucho que ver el Granada, que se plantó en La Rosaleda como un bloque serio, con el cartel merecido de aspirante al ascenso, conocedor perfectamente de sus virtudes y también de las del Málaga CF, para contrarrestarlas. Ni que decir tiene que es el mejor conjunto que ha pasado hasta la fecha por Martiricos. Y la lección futbolística debe dar ejemplo para el futuro.

Hay que saber que Málaga está ahora mismo para pocos trotes y en caída libre. Está el equipo de Muñiz cogido con alfileres, como si se hubiera caído de golpe todo el 'tinglao'. Y es que hay jugadores que están muy por debajo de su nivel, tanto físico como futbolístico. Por eso este equipo no es ni la sombra del que arrancó el curso. Aquellos iban en moto, ahora van en bicis con ruedines. Y claro, si al Extremadura no le hicieron ni cosquillas, al Granada que tiene pinta de estar en la pomada todo el curso, menos.

Los síntomas son inequívocos de que el equipo está enfermo. Encaja goles que no debería, suma dos jornadas sin ver puerta, y sus jugadores ofensivos no tienen ni la chispa ni la confianza para sacar rédito a sus acciones. Es más, algunos ni las intentan, como Renato y Pacheco ayer, que entraron de refresco y no se fueron en el uno contra uno prácticamente nunca.

Tampoco Harper ha regresado con su mejor versión después de cinco semanas fuera. Blanco está peleado con el gol. N'Diaye, Munir, Pau... La nómina de los que están y de los que no están deja más tachones que aciertos. Y eso genera que el Málaga se haya estancado.

Liga 123 | Gol del Granada al Málaga

Liga 123 | Gol del Granada al Málaga

Aun así, el conjunto blanquiazul tuvo algunas ocasiones claras para adelantarse en el marcador, pero no las aprovechó y ese desaire se paga ante rivales directos. La igualdad fue predominante hasta el gol nazarí. Quizás expuso más el cuadro de Muñiz y por eso en el primer minuto Blanco falló una clarísima. Ontiveros se durmió en el 22' cuando tenía todo para fusilar y Munir estuvo certero en un despiste de N'Diaye que no aprovechó Ramos.

En vestuarios, la sensación era que el Málaga no dominaba el partido y que tenía las mismas posibilidades de ganar que de empatar o perder. Eso, jugando de local, no dice mucho a su favor.

Blanco volvió a fallar nada más salir del descanso en un cabezazo que era perfecto para su testa. Pero cuatro minutos después (54'), Montoro aprovechó un rechazo en un córner para disparar desde la frontal, raso y mordido tras rozar en un rival. Munir la vio llegar tarde ante la maraña de rivales y la fortuna quiso que se colara mansa. Ése fue el único gol de la noche. Feo pero eficaz.

Los goles del Málaga - Granada (0-1)

Los goles del Málaga - Granada (0-1)

La afición, como contra el Albacete, reaccionó al tanto visitante con cánticos e intentando espolear a su equipo. Pero este Málaga de ahora ya va con la gasolina justa. Y salvo un par de arreones con disparo de Harper y N'Diaye desde la frontal, no llevo casi peligro, lo que posiblemente mosqueó más al personal que la derrota en sí.

Fue una demostración por momentos decepcionante de la falta de recursos malaguistas para intentar desarbolar el entramado defensivo nazarí. El pelotazo, los balones colgados desde la zaga y los ataques previsibles e inocuos acabaron agonizando en el partido y dejando un sensación de que este equipo ya no es indestructible, que ha perdido su aura incluso con el calor de su gente. El Málaga ha convertido La Rosaleda en un estadio más. Y eso puede ser más reprochable incluso que la derrota.