Al-Thani ya no está en Málaga. El presidente blanquiazul tomó ayer un vuelo de regreso a Catar y se despidió del malaguismo a través de las redes sociales. Con un escueto «Goodbye to our family in Málaga. To Catar» anunció su marcha después de cumplir sólo siete días en tierras españolas. Sin duda, un viaje relámpago en el que ha acudido a varios frentes.

Junto al dirigente también se ha marchado en esta ocasión su hija Hamyan, CEO de La Academia y presidenta del Málaga CF Femenino, que en los últimos meses había destacado como la mano derecha de Al-Thani en Málaga y había tomado parte de la responsabilidad del club. «Vuelvo durante un tiempo a Qatar. Quiero agradecer a todos los malaguistas su cariño. Ya estoy contando los días para volver #TeQuieroMálaga», expresó en redes sociales.

Sin embargo, lo más llamativo es el viaje exprés del presidente, que ha estado sólo siete días en Málaga pero que ha tenido una agenda apretada. Sin embargo, no todos los acontecimientos con el resultado esperado.

Al-Thani llegó el pasado viernes por la mañana después de un año y medio sin pisar Málaga. Ese mismo día, el dirigente se marchó a las instalaciones de La Rosaleda, saludó a la plantilla mientras se entrenaba en el coso de Martiricos.

Ya el sábado, el catarí estuvo en el palco de La Rosaleda para presenciar la derrota blanquiazul con el Granada (0-1). Su estancia pasó totalmente inadvertida, lo que en cierta medida también fue positivo para él.

Pero el motivo principal de su viaje era el juicio con la hotelera BlueBay, que arrancaba el martes 4 de diciembre. Al-Thani acudió a la Ciudad de la Justicia, pero sin embargo quedaba aplazado la celebración de la causa por la ausencia de Abdullah Ghubn.

Era la primera vez que se veía al dirigente en esas lides. Al-Thani departió brevemente con la prensa, dio algunos titulares sobre el equipo y el mercado invernal, y aseguró que se marcharía en breve para intentar volver en la próxima cita judicial, la del 21 de febrero.

Es decir, que en esta ocasión la marcha de Al-Thani no se espera que sea para mucho tiempo, ya que tiene previsto regresar a Málaga en febrero para abordar, de nuevo, el juicio con BlueBay por el 49 por ciento de las acciones del presidente y el control del club.

Tampoco parece que el club haya avanzado en la construcción de La Academia. Ni el dirigente ha mantenido reuniones con las instituciones, al menos de manera pública. Siete días que no han servido al presidente para solucionar demasiadas cuestiones, pero al menos sí para hacerse notar. Algo que después de año y medio de ausencia no es poco.