El Málaga CF-Reus, correspondiente a la jornada 20 de LaLiga 123, sí se disputará tal y como estaba previsto. Así lo ha decidido Carmen Pérez González, presidenta del Comité de Competición de la RFEF después de estudiar la petición de suspensión del encuentro por parte de la plantilla del club catalán a través de la AFE.

Así las cosas, el conjunto catalán viaja a Málaga y saltará al césped para disputar el encuentro, programado para las 20 horas. Los futbolistas del Reus aludían "causas de fuerza mayor" para que la Federación aceptara su petición para suspender el duelo ante el Málaga, pero estas no han sido atendidas y deberán jugar.

Y es que, la plantilla del Reus, con el respaldo de la AFE, denuncian la precariedad en la que se encuentran los futbolistas y su deseo de no jugar ante el Málaga por la situación de impagos e incertidumbre que viven. A día de hoy cuentan con solo 12 fichas federativas y a partir del martes serán solo 10, ya que hay dos jugadores del Reus que están pendientes de solucionar su futuro tras las denuncias por impagos.

El club catalán sólo cuenta con una docena de fichas de la primera plantilla tras la marcha del resto de jugadores por impagos a lo largo de la temporada. David Aganzo, presidente de la AFE, explicó que los futbolistas del Reus no están en condiciones anímicas de jugar al fútbol por su mala situación en el club tanto psicológica como económica.

Por eso, solicitó la suspensión de un encuentro que, a juicio de la RFEF, debe jugarse pese a una petición que, según afirmó en un comunicado, es loable y "comprensible" por parte de la AFE y de su presidente, David Aganzo, que tiene como premisa fundamental "velar por el bien de los jugadores afiliados a su asociación".

Sin embargo, la RFEF aseguró que la AFE no recoge en sus Estatutos Sociales la facultad de solicitar la suspensión de cualquier encuentro "sea cual sea el motivo" y manifestó que es "dudoso" que la asociación presidida por Aganzo "ostente legitimación alguna" para pedir que no se juegue un encuentro.

Aún así, dada la gravedad de las "circunstancias", la RFEF decidió tramitar el procedimiento y argumentó su decisión de seguir adelante con el partido en varios puntos del reglamento General de la Federación.

El primero de ellos, el 223, que informa de que para poder comenzar un partido cada uno de los equipos deberá contar con al menos siete futbolistas de los que conforman la plantilla de la categoría en la que militan, "siempre que tal anomalía no sea consecuencia de la voluntad del club sino que esté motivada por razones de fuerza mayor".

En consecuencia, explicó la RFEF, el Reus, con doce jugadores, cumple con la normativa vigente de aplicación por lo que, "en modo alguno existe el más mínimo obstáculo reglamentario para suspender el partido interesado (el Málaga-Reus)".