El Málaga CF no se fue de vacío del Heliodoro Rodríguez López en un partido ante el Tenerife en el que el empate y el reparto de puntos puede catalogarse como justo. En un duelo animoso y con un buen número de ocasiones, ambos fueron fieles a sus estilos aunque no pudieron imponerlo. Un inspiradísimo Munir bajo palos, con dos intervenciones milagrosas consecutivas en el tramo de final del partido, permitieron al Málaga sumar un punto más en su lucha encarnizada por el ascenso. Un puntito que ahora debe hacer bueno el próximo viernes contra el Almería en La Rosaleda.

Emergió la figura de Keidi Bare en el centro del campo para el Málaga. El canterano, en pocos partidos, se ha hecho amo y señor en la medular blanquiazul. Juega como un veterano y aporta músculo y sentido al juego por partes iguales. Ayer volvió a demostrar que es un futbolista más que valioso. Muñiz lo sabe y se ha convertido en indiscutible en sus esquemas.

Y es que, al asturiano le ha gustado el sistema de tres mediocentros que tan buen resultado le dio en Zaragoza y parece que va a ser una constante en los partidos de fuera de casa desde ahora. No le sienta mal al Málaga jugar así, con un esquema que permite a N'Diaye abandonar el mediocentro y romper en ataque, aunque el equipo no termine de dominar los partidos.

LaLiga 123: el resumen del Tenerife - Málaga (0-0)

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En el coliseo tinerfeño el Málaga salió con la intención de mandar. Más intenso que en otras ocasiones en las que comienza sesteando, los de Muñiz se emplearon a fondo en una presión alta que ahogó de inicio la salida del balón del rival. Una declaración de intenciones que se valora pero que poco a poco supo contrarrestar el rival, muy coqueto en el manejo del balón pero blandito atrás y flojo en la presión.

La posesión del balón se emparejó y con el paso de los minutos los estilos de uno y otro se hicieron muy visibles. El Málaga replegó bien, guardó su portería como un perro guardián y supo salir a la contra con verticalidad y peligro. En esas acciones gozó de sus mejores ocasiones, pero Blanco Leschuk, Harper y Pacheco no estuvieron acertados con el gol. El tanque argentino suma otro partido más sin ver puerta, aunque ayer cabe destacar el ejemplo de profesionalidad y su compromiso al jugar más de 80 minutos con el hombro «a la virulé».

En la segunda parte, Muñiz dio entrada a Ontiveros y el Málaga se hizo más vertical aún. Dio conscientemente un paso atrás y creó mucho peligro a la contra. También es cierto que sufrió a balón parado demasiado, pero Munir volvió a hacer milagros y con una doble parada espectacular salvó los muebles en la ocasión más clara del Tenerife.

Salió Seleznov por el guerrero Blanco Leschuk en los minutos finales, pero ya ninguno de los dos quería perder lo que no habían podido ganar durante todo el partido. Ambos se conformaron con el reparto de puntos, que deja al Málaga colíder a expensas de saber lo que hace hoy el Granada ante el Extremadura.

Un buen punto y una imagen más que aceptable del Málaga lejos de La Rosaleda. Parece que a domicilio los de Muñiz han encontrado la regularidad y ya son cuatro partidos consecutivos sin perder de visitante. Números importantes que si se encadenan con otra buena racha como local va a ser imposible sacar al Málaga de los puestos de privilegio. La media inglesa nunca falla, y menos en Segunda División.