La conjura de la calculadora alcanza tintes dramáticos. La UD Las Palmas, rival del Málaga CF este domingo, necesita de 34 de los últimos 54 puntos en juego-18 jornadas, nueve en el Gran Canaria y nueve fuera- para meterse en la promoción de ascenso a Primera. Es como escalar el Everest sin bomba de oxígeno. La cifra bendita que busca el plantel de Paco Herrera son los 64,62 puntos (la media del coeficiente del sexto clasificado en las últimas ocho temporadas, que tiene de vida el formato del playoff de ascenso a la máxima categoría).

Tras 23 partidos de Liga, y a la expectativa de la resolución del 'caso Reus' -los 21 equipos de la competición tendrían tres puntos más y no afectaría al desarrollo final de la tabla-, el plantel isleño suma 30 puntos cuando se alcanza la 24ª fecha del calendario liguero. El último empate ante el Zaragoza (1-1) no colma las expectativas y quedan rezagados a la 12ª posición de la tabla clasificatoria. Necesita de manera urgente un total de 34 unidades para colarse entre los seis primeros y evitar el fracaso al término de las 42 jornadas -fijado para el 9 de junio-. Tras una inversión de más de 20 millones en la confección del plantel entre las dos ventanas de fichajes, tanto la de verano como invierno, llega la hora de la verdad con un pulso salvaje.

No hay margen de error para el cuadro insular, y este domingo toca visitar al Málaga CF en La Rosaleda (20.00 horas, Liga 123 TV), en cabeza de la tabla con 44 unidades junto a Granada y Osasuna. Los amarillos solo suman un éxito foráneo, se remonta al 16 de septiembre ante el Extremadura en Almendralejo. Han dilapidado 25 unidades de visitante -tienen un triunfo, cinco empates y cinco derrotas-.

Esos 34 puntos suponen un esfuerzo extra notable, para un cuadro que suma seis victorias, doce empates y cinco derrotas. A la hora de calibrar el porcentaje, el botín salvador de los 34 puntos son el 62% del total que resta por disputarse. El grado de despiste es mínimo. Lo admitió Herrera, que etiqueta de "vital" el duelo al filo del abismo de La Rosaleda. En el último precedente histórico, el 11 de septiembre de 2017 en el estadio de Martiricos y en Primera División, la UD se impuso (1-3) con los goles de Jonathan Viera, Calleri y Rémy.

Renta con la tierra prometida

Las cifras no bailan al son de Paco Herrera. Un triunfo en nueve jornadas dinamitan la liturgia del arquitecto del último ascenso insular (21-J). Una derrota en Málaga le dejaría seriamente tocado. A pesar de que en este 2019 se mantiene invicto, debe dar un golpe sobre la mesa ante un rival que besó la lona en la primera vuelta. La derrota dejaría en 17 puntos la renta con los blanquiazules. Un mundo.

El lastre de la UD son el elevado número de empates (doce y cinco en el 'ciclo Herrera'). Hay ocho puntos de distancia con la zona de promoción, que marca el modesto Alcorcón. Cabe reseñar que catorce puntos se han esfumado de la isla, producto de las siete igualadas de local. Las comparaciones siempre son odiosas, pero en este punto de la travesía en la 2014-15, la UD, con Herrera, marchaba líder en la 24ª jornada con 47 puntos -17 más que en la actualidad y con un partido menos-. El cuadro amarillo, hace cuatro campañas, era líder de la tabla.

Con la baja de Gaby Peñalba, por su controvertida expulsión ante el Zaragoza, Herrera trata de recomponer su mecano. En las últimas ocho temporadas, cabe reseñar que solo el Córdoba (2014) y Osasuna (2016) lograron ascender tras acabar la liga en la sexta plaza. El Numancia ocupó esa posición en la pasada campaña con un total de 65 puntos y no subió. Huesca (63 puntos, 2017), Zaragoza (61 puntos, 2015), UD Las Palmas (66 puntos, 2013), Córdoba (71 puntos, 2012) y Valladolid (66 puntos, 2011) se colaron en la promoción sobre la bocina con la última plaza. Ganar en Málaga para Las Palmas allanaría el camino. Tras 24 partidos, la UD conquistó el 43,4% de los puntos y ahora debe escenificar la perfección. Objetivo: los 64,62. La obsesión de la legión despiadada de Rubén Castro.