Las buenas noticias nunca llegan solas y el Málaga CF comienza a ver la luz al final del túnel. Han sido largos meses con la enfermería a tope, con varios jugadores aquejados de molestias o con un periodo largo de recuperación. Sin embargo, ahora el conjunto blanquiazul sonríe y lo hace porque sólo tiene a dos malaguistas en sus dependencias curativas. Un grupo casi insignificante tras el calvario de lesiones que ha sufrido desde que arrancó el curso.

Juankar, que fue operado del ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha, sigue de baja de larga duración y se le espera para el final de temporada, si es que finalmente puede llegar. También está el joven canterano Hugo, al que aún le quedan algunas semanas de trabajo por una rotura en la cara posterior de su pierna derecha. Lleva también de baja desde el partido con el Zaragoza, a mediados de enero. Incluso Miguel Torres.

Pero la buena noticia es volver a ver vestidos de corto y a las órdenes de Muñiz a jugadores como Mula -que fue intervenido en septiembre-, Luis Hernández -que hace unas semanas tuvo que marcharse a Madrid para un tratamiento- o Mamadou Koné, que no juega desde noviembre.

También han pasado por las manos de los fisios y los galenos blanquiazules jugadores como Jack Harper, Cifu, Adrián, Ontiveros, Renato, Blanco Leschuk o Pacheco. Una nómina de jugadores que han lastrado el rendimiento del equipo blanquiazul en la primera mitad del campeonato.

Ayer Muñiz realizó el entrenamiento con 27 efectivos a sus órdenes, cuatro porteros y el resto, jugadores de campo. Posiblemente demasiados ya que sólo pueden ir convocados 18 jugadores. El técnico asturiano, de continuar la buena dinámica de jugadores que no se lesionan, deberá hacer frente a una de las mayores cribas de la temporada y podría dejar en la grada a un gran puñado de jugadores.

En cualquier caso, buena noticia para el asturiano, que comenzará a contar con todo el potencial de la plantilla al alcance de su mano. Efectivos de sobra para luchar por el ascenso a Primera División.