Daniel Ocón Arráiz. Es el nombre del colegiado del que todos hablaban este domingo por la noche, saliendo ya por la bocana de La Rosaleda, cuando abandonaron el estadio. No estaba ni mucho menos satisfecha la afición del Málaga CF de la actuación arbitral del riojano tras el empate contra Las Palmas (0-0). Al Málaga le birlaron dos goles. Uno, por fuera de juego muy dudoso y otro porque el córner que remató Adrián a la red había salido por línea de fondo, anulado a instancias de su juez de línea. Dos goles que no subieron al marcador y que pudieron hacerlo para cambiar drásticamente el desarrollo del encuentro. Después, Ocón logró el más difícil todavía, haciendo que los dos equipos se marcharan descontentos a casa por sendas expulsiones, al malaguista Keidi Bare en el minuto 58 (doble amarilla) y al visitante Deivid, por un entradón a destiempo sin luchar por el balón.

Su "show" arrancó pronto, a los cinco minutos, con la primera grosería arbitral. El albanés Keidi Bare anotaba tras un gran centro del extremo Iván Alejo, que debutó con muy buenas sensaciones. Pero el banderín del linier frustró la alegría de La Rosaleda, ya que el asistente entendió que era fuera de juego. Fue dudosísimo, ya que Alejo estaba en línea. Si estaba adelantado, era cuestión de milímetros. Y ya se sabe que ante la duda hay que dejar jugar.

Si el primer tanto anulado mosqueó al personal, el segundo fue mucho peor. De nuevo el mismo protagonista levantando la bandera, esta vez cuando Keidi sacó un córner desde esa banda. Adrián, de nuevo, encontró portería, pero sorprendentemente el colegiado volvió a anular un gol al Málaga. El motivo, que el balón, en la curva del efecto, había salido y volvió a entrar al campo. En la repetición no se aprecia en absoluto que el balón saliera. Si lo hizo fue, también, por cuestión de milímetros.

En la segunda parte del encuentro, el colegiado riojano envió a Keidi Bare a la ducha antes de tiempo, por doble amarilla. La primera tarjeta fue por desplazar el balón y la segunda, por un codazo a Cala en un salto. Con La Rosaleda de uñas contra el técnico, Ocón Arráiz decidió nivelar la balanza, expulsando al insular Deivid por un entradón a Alejo, que solo buscó pierna.

A pesar de todo, ninguno de los entrenadores quiso entrar a enjuiciar la labor arbitral. Juan Ramón López Muñiz, que se mostró satisfecho por el juego del Málaga, sí que explicó que por el bien "de la categoría" era mejor no entrar en estos análisis. "Desde fuera es muy difícil, el partido era complicado para el árbitro, con los dos equipos compitiendo bien. No sabemos qué ocurrió y así que es mejor callar desde fuera y dar normalidad a la actuación arbitral, es lo que m'sa beneficia al fútbol y a la categoría. Ahora es fácil ver la tele. El partido era duro y difícil, para nosotros, Las Palmas y para el árbitro".