El Cerro del Espino, el campo más peculiar de la categoría y que ha tenido que sufrir en los últimos meses una leve transformación para acoplarse a las exigencias del fútbol profesional, está en el punto de mira blanquiazul. En los últimos días ha crecido la preocupación en el seno del cuerpo técnico malaguista por el estado del césped. Y más, si cabe, tras conocerse que antes del partido que medirá al Rayo Majadahonda y al Málaga CF el próximo domingo (18.00 horas), se disputará una semifinal de la Copa de la Reina entre el Atlético de Madrid y el FC Barcelona (11.00 horas).

El Málaga CF por esta situación. Sin embargo, no tiene arreglo. Y el conjunto de Muñiz se va a encontrar un estadio que no está del todo adaptado la categoría, pero con un césped en mal estado.

La controversia llega, sobre todo, por la disputa del partido previo. Y es que el estadio es propiedad del Atlético de Madrid, pero cede sus instalaciones al conjunto local. Es por ello que mientras el campo majariego ha estado rehabilitándose y poniéndose al día para el fútbol profesional, el Rayo Majadahonda ha estado disputando sus partidos en el Wanda Metropolitano.

La disputa de la Copa de la Reina ha tenido también controversia, lo que ha tenido una repercusión directa en el partido del Málaga CF. Y es que en un principio, la Real Federación Española de Fútbol tenía previsto que se disputase la semifinal de Copa, al igual que la final, en una sede neutral. Como una especie de Final Four del fútbol, concentrando a los cuatro semifinalistas en una sede. Hubo cambio de planes y el Atlético de Madrid debe ejercer como local en una eliminatoria a partido único, algo que ha trastocado los planes de las colchoneras, que no tenían reservado el Cerro del Espino, donde suelen jugar sus encuentros. Además, el Barcelona también ponía cierta oposición a que el encuentro se dispute en el Wanda -disponible este fin de semana-, un gran escenario y que tendría una gran entrada al ser los dos mejores equipos de España.

Un contratiempo añadido a un partido que esconde más complicaciones de las pensadas entre dos equipos muy dispares y con objetivos bien distintos.