Se trata, sin duda alguna, de uno de los jugadores más icónicos de la historia del Málaga CF. Una figura clave en la primera etapa del club tras su refundación. Un hombre de club, que dejó poso en sus seis temporadas en las que defendió la blanquiazul y al que el malaguismo aún le recuerda con cariño, respeto y admiración. Hablamos de Mikel Roteta.

Ya está retirado como jugador, pero su carrera profesional ha seguido ligada al fútbol, donde desde que colgó las botas en 2006, en las filas del Real Unión de Irún, ha ejercido de representante de futbolistas y entrenador. Su última aventura en los banquillos ha sido como técnico del Touring de Rentería.

Roteta, pese a que nació en San Sebastián y sigue residiendo en la ciudad donostiarra, está muy identificado con Málaga y con la entidad de Martiricos, donde sigue siendo una figura referencial y más querida en una etapa donde la afición recita de memoria un once inicial en el que el pelirrojo era un fijo en defensa.

Sus mejores años como futbolista fueron en La Rosaleda, donde encontró la estabilidad y la confianza de la mano de Joaquín Peiró. Llegó a la entidad de Martiricos en la temporada 1997/98 procedente del Real Jaén. Su fichaje coincidió con los ascensos desde Segunda B a Primera División en solo tres temporadas. Defendió la camiseta del Málaga CF en 218 ocasiones, marcando 11 goles entre los que destaca los tres que consiguió en Primera División, uno de ellos al Real Madrid, o el histórico ante el Villarreal en la final de la Copa Intertoto y que le daba el título y la clasificación para la Copa de la UEFA para la temporada 2002-03.

Tras esa temporada y ya con 33 años y en el declive de su carrera, Roteta dejó el Málaga para enrolarse en las filas del Real Murcia, donde jugó una temporada. De allí semarcho al Xerez y luego volvió a su tierra, al Real Unión de Irún, donde después de dos temporadas decidió que ya era hora de dejar el fútbol profesional.

Así las cosas, son ya 16 años los que han pasado desde que Roteta dejó de formar parte del Málaga CF, aunque su figura sigue muy presente en el club. El defensa sigue muy vinculado a la entidad y cada vez que puede vuelve a Málaga, ya sea para jugar con los ‘Forever’ (equipo de veteranos del Málaga CF), recibir un homenaje de alguna peña o disfrutar de una ciudad donde fue feliz y que le trae recuerdos maravillosos.

Además, cada vez que el Málaga CF juega en el País Vasco o alrededores, es raro que Roteta no esté en las gradas para ver a su exequipo. Así ha sucedido esta misma temporada en Pamplona, donde estuvo en las gradas de El Sadar para ver al equipo de Juan Ramón López Muñiz en acción como un aficionado más.