El Málaga CF no pierde, pero tampoco gana. Esa es la lectura fría con los resultados en la mano, pero lo cierto es que al conjunto blanquiazul se le están escapando de las manos algunas oportunidades para colocarse en la parte alta de la clasificación. Ya sea por su conformismo, su planteamiento extremadamente defensivo o por la falta de puntería, el Málaga se ha visto en las últimas jornadas con la botella a medias, que no sabe si está medio vacía o medio llena. Es decir, el sabor agridulce que suele dejar un empate.

Los pasitos cortos del Málaga CF en las últimas jornadas no son suficientes. Mientras que el equipo de Muñiz debe correr de tres en tres ante rivales teóricamente inferiores, se ha dejado puntos en el camino. El empate in extremis en el Nuevo Arcángel ante el Córdoba abre el debate blanquiazul, ya que este Málaga se muestra con una fiabilidad pasmosa para no perder, pero le cuesta un mundo poder ganar.

Desde el empate sin goles en Tenerife hace seis jornadas, el Málaga se agarra a su entramado defensivo como su mejor argumento. Sin embargo, suma cinco empates y sólo una victoria, ante el Rayo Majadahonda por la mínima y gracias a un tanto de Adrián casi en el espint final del partido.

Cinco empates que se saldaron con final dispar. En unos pudo ganar, como el que sufrió ante el Almería con el tanto en el último momento de Rioja. En otros pudo perder, como el sábado en Córdoba. Pero en otros se mostró demasiado plano, sin grandes alteraciones finales como ante Tenerife, Las Palmas o Deportivo.

El Málaga CF se está mostrando como un equipo rocoso, pero aparantemente no sólo con esa virtud puede ganar sus partidos. Y es que la falta de gol e incluso de ocasiones está generando algunas dudas en el aspecto ofensivo malaguista. En las últimas seis jornadas sólo ha marcado tres goles. Y su presencia en el área rival parece menguar con el paso de las jornadas.

De hecho, Blanco Leschuk no ve portería desde octubre. Seleznov aún no ha marcado desde que aterrizó en el Málaga CF en el mercado invernal. Y Harper está en una racha irregular de juego y goles. Adrián, certero, ha sido el que más portería ha visto desde que arrancó el 2019.

Una explicación de la fiabilidad defensiva malaguista, pero también de la falta de presencia ofensiva puede ser el cambio de sistema al 4-1-4-1. Desde el partido ante el Almería, donde la apuesta por esta disposición táctica fue más palpable -coincidiendo con la llegada al equipo de Erik Morán-, el Málaga ha jugado de inicio con un pivote único, con dos centrocampistas más adelantados pero con Blanco Leschuk como atacante único.

Lo cierto es que este sistema, que ha variado también en varias circunstancias durante los partidos, ha convertido al Málaga CF en un equipo más rocoso. Le llegan menos y parece controlar más al rival. Pero en el plano ofensivo, la aportación es menor. El balance, ante rivales de pedigrí como la UD Las Palmas o el Deportivo de La Coruña, deja un saldo más cercano al positivo, pero ante rivales inferiores como el Almería, Rayo Majadahonda -aunque se le ganó, pero cambiando después el sistema- o Córdoba, puede llegar a ser negativo.

El Málaga CF recibe el próximo lunes la visita del líder, Osasuna. El conjunto navarro, que imprime una alta intensidad a sus partidos, será una nueva prueba de fuego para este Málaga que en las últimas jornadas ha dejado cierta indiferencia con sus resultados y con sus sensaciones, pero que sigue en la lucha por volver a la elite.