Cuando en fútbol perdonas, y mas a un equipo como Osasuna, acabas pagando. El Málaga CF perdió en casa ante el conjunto navarro y ve como las plazas de ascenso de directo se alejan cada vez más, a seis puntos ya concretamente. El Málaga fue infinitamente mejor en la primera mitad, se adelantó, dejó vivo a su rival con vida y en la segunda parte se vio superado y dejó escapar tres puntos de oro de Martiricos.

El Málaga salió con la intensidad que requería el choque, apretando arriba y dominando desde el inicio. Y cuando juegas de esa forma, normalmente llega el premio del gol. 15 minutos tardaron los de Muñiz en adelantarse en el marcador de forma merecida. Centro perfecto de Blanco Leschuk, que demuestra una vez más que no está solo para hacer goles, y Adrián batía a Rubén con un certero cabezazo.

Con los blanquiazules ya en ventaja, la contienda se igualó y se calentó. El colegiado comenzó a repartir tarjetas y perdonó otras en una actuación arbitral desconcertante. Corría el tramo final del primer tiempo y de nuevo el conjunto blanquiazul comenzó a llevar la manija y a encontrar espacios en la zaga rival, sobre todo por la banda de Ontiveros, que dio un recital en la primera mitad. De hecho, el marbellí tuvo el 2-0 al filo del descanso, pero su disparo, tras dejar dos rivales en el camino, se marchó por muy poco. Renato también la tuvo casi con el tiempo cumplido, pero también la mandó fuera en otra clara ocasión. Perdonando el segundo, se llegaba al descanso con el Málaga por delante en el marcador y con una tángana sobre el césped con todos los integrantes de ambos conjuntos de por medio. El colegiado resolvió con una amarilla para cada equipo y a vestuarios.

Pero la buena primera mitad de los de Muñiz fue un puro espejismo en la segunda. Nada de lo que hizo bien en los primeros 45 minutos lo repitió después y acabó cediendo. De hecho, el bajonazo llegó ya a los dos minutos tras la reanudación. En un córner favorable a los blanquiazules, el Osasuna pilló a la contra a la zaga malagueña y Rubén García se plantó solo ante Munir para igualar el choque. El tanto fue para el Málaga como una losa que ya no se pudo quitar de encima.

Los de Arrasate siguieron creciendo ante un Málaga que ya le costaba físicamente y a 15 minutos del final llegó la puntilla. Íñigo Pérez filtró un pase perfecto a Juan Villar, que no estaba en fuera de juego y batió a Munir con todo a placer. La Rosaleda se quedó congelada. Llegaron los cambios de Muñiz en busca del empate, pero ya era tarde. Apretaron con coraje los blanquiazules y pudo llegar el empate si Díaz de Mera hubiera señalado el punto de penalti tras un tiro de Seleznov que dio en el brazo de un rival, pero no lo vio, o no lo quiso ver.

Paso atrás enorme en casa que deja los puestos de ascenso directo a seis y siete puntos respectivamente. El Málaga se queda cuarto con 50 puntos y la semana próxima visitará Los Pajaritos para medirse al Numancia.