El Málaga CF se ha caído, pero está obligado a levantarse. No le queda otra al conjunto blanquiazul, ya que el lunes por la noche perdió un importante batalla, pero ni mucho menos la guerra. Debe lamerse las heridas el conjunto de Juan Ramón López Muñiz cuanto antes y comenzar a mirar hacia el frente, hacia las 13 jornadas que restan e intentar sumar el máximo número de los 39 puntos que quedan en juego.

Las resaca tras la derrota con Osasuna dejó una sensación de orfandad futbolística aparentemente irremediable. Sin embargo, el Málaga CF y el malaguismo deben ser conscientes de que el juego continúa y hay demasiado en disputa como para abrazar cualquier depresión posible.

Después de que Isidro Díaz de Mera, el colegiado del encuentro, señalase el final del partido, la distancia con la zona de ascenso directo parecía un abismo. Osasuna, ahora líder, está a siete puntos y con el average a favor de los rojillos. Las opciones a día de hoy de dar caza al equipo de Arrasate parecen remotas. Y más tras la respuesta en la segunda mitad de los navarros.

Las miras se centran, como principal objetivo, en dar caza al Granada. Los nazaríes están a seis puntos, pero aún tiene que visitar el conjunto blanquiazul Los Cármenes -dentro de cuatro jornadas, el próximo 6 de abril-, y el average está en disputa. Hay cierto optimismo en alcanzar al vecino rojiblanco, que no tiene en los próximos encuentros compromisos fáciles. Por ahí puede llegar la recuperación moral malaguista, que ni mucho menos puede arrojar la toalla.

¿Y a qué se puede agarrar el malaguismo? Desde luego, a las últimas cifras no, y posiblemente tampoco a las sensaciones generales. Pero sí hay algunos aspectos que invitan a pensar que no todo está perdido.

Brotes verdes

Por ejemplo, el Málaga CF de la primera mitad dejó un grato poso de satisfacción en el malaguismo. Sólo la falta de puntería evitó que el partido con Osasuna quedase finiquitado en los primeros 45 minutos. Ahí el conjunto blanquiazul se soltó de sus ataduras y mostró un fútbol alegre, ofensivo e intenso. Quizás eso le pasó factura en la segunda mitad, donde florecieron los despistes y Osasuna le ganó la tostada.

A esa primera mitad se tiene que agarra el conjunto de Muñiz, que tiene que entender que ya no hay medias tintas en este tramo final. Debe el Málaga CF ir en busca de la victoria, no esperar el fallo de sus rivales.

Otros brotes verdes en medio de la maleza fueron Adrián, en auténtico estado de gracia coleador, y Ontiveros. El primero, el madrileño, demostró que mientras más cerca del área más feliz será él y el malaguismo. Adrián siempre ha tenido gol y debe Muñiz apostar por tenerlo cerca del área y, sobre todo, de Blanco Leschuk. El centrocampista, uno de los capitanes y con un compromiso fuera de toda duda con la causa, marcó su quinto gol en este 2019.

El otro es Javier Ontiveros. El marbellí mostró su cara más comprometida. Se vació trabajando para el equipo y tuvo fuerzas para dejar algunas de las acciones más reseñables de la noche. Sólo la falta de puntería, tanto suya como de sus compañeros, evitó que marcase su primer tanto como malaguista esta campaña. Si Ontiveros está enchufado, el Málaga CF tendrá muchas más opciones de salir victorioso en el futuro.

El último giro en busca de la reacción puede llegar desde la enfermería. En ella están a día de hoy Pacheco e Iván Alejo. Dos jugadores sumamente importantes en el equipo que puede dar un plus y versatilidad a la plantilla. Sus recuperaciones -y que no haya más bajas dramáticas- puede también marcar el camino hacia la recuperación. Y es que al Málaga CF no le queda otra que volver a levantarse una vez más.