Las luces de alarma en Martiricos han comenzado a encenderse de manera intermitente y ostentosa. No es para menos porque el Málaga CF acumula una racha mediocre para un aspirante al ascenso. Unos números que le alejan de su único objetivo esta temporada y que ponen en jaque la posibilidad de acabar de nuevo en Primera División. Están sonando las alarmas, pero la plantilla blanquiazul parece la banda de música del Titanic.

El partido en Soria del pasado lunes no ha hecho nada más que acrecentar la idea de que este equipo está en crisis. Primero fue de resultados, pero ahora también lo es de identidad. Porque el Málaga CF ya no parece creer en lo que hace. No es fiable donde antes tenía la puntualidad y la exactitud de un reloj suizo. Y se deja puntos y sensaciones a cada jornada que transcurre.

Desde la victoria en casa ante el Lugo (2-1) en la jornada 22, tras remontada, el camino se ha vuelto empedrado. En ocho jornadas sólo ha ganado en una. Ha perdido otra -contra un riva directo como entonces era Osasuna- y ha empatado otras seis. Una medianía que está dejando al Málaga CF inerte y sin fuelle. Que le está haciendo caer posiciones de manera irremediable.

De 24 puntos posibles, el Málaga CF sólo ha cosechado 9. Es la peor racha de la temporada. Ni siquiera cuando encadenó dos derrotas consecutivas -ante Extremadura y Granada- tuvo una racha tan alargada de resultados no positivos. Un camino muy peligroso que le ha llevado de la segunda posición, cuando empató en Tenerife, hasta la quinta, tras el empate en Los Pajaritos con el Numancia.

Entonces, en esa jornada 23, la distancia con los perseguidores estaba controlada. O al menos lo parecía porque el Málaga estaba a un punto del primero, el Granada, le sacaba uno al tercero, el Deportivo, y ocho al séptimo, el Cádiz, equipo que ya está fuera del play off de ascenso. Hoy el conjunto blanquiazul sólo renta tres puntos al séptimo, que sigue siendo el Cádiz y que está empatado con el sexto, que es el Mallorca.

Hacía mucho que el Málaga CF no estaba tan cerca de salir de los puestos nobles de Segunda. Desde la jornada 16, cuando perdió en casa con el Granada.

Malas sensaciones

El empate en Soria no fue el bálsamo que el Málaga esperaba tras caer en casa con Osasuna. El conjunto blanquiazul dio algunas muestras de sus dudas. Y los fríos números ya no respaldan la apuesta blanquiazul.

El equipo de Muñiz presume de ser uno de los más rocosos de la categoría. No en vano es el segundo menos goleado de la categoría con sólo 22 tantos encajados. Pero la realidad es que suma tres jornadas consecutivas encajando gol. Su fortaleza, su mejor arma, está fallando y eso también se hace notar con hasta cuatro goles en tres partidos.

Pero ni que decir tiene el aspecto ofensivo, donde el Málaga CF deja mucho que desear. Los blanquiazules son el octavo menos goleador de la categoría con sólo 31 tantos a favor. Pero no es sólo un problema de puntería, ya que en Soria, por ejemplo, sólo disparó entre los tres palos en dos ocasiones.

Los de Muñiz no generan caudal ofensivo suficiente. No ponen contra las cuerdas al rival y eso se hace notar. En cualquier caso, los blanquiazules siguen viviendo de las rentas. El colchón de puntos del inicio de la temporada ya está cerca de desaparecer. El Málaga CF necesita reaccionar cuanto antes y la próxima parada, en casa del Nástic, debe ser propicia en circunstancias normales. La alerta amarilla ya está en Martiricos. De él depende que no sea roja.