Se cumplió el dicho: a entrenador nuevo, victoria segura. Así lo hizo el Málaga en su visita a Santo Domingo con una versión muy mejorada de lo ofrecido semanas atrás en los últimos encuentros con Muñiz en el banquillo. El aficionado blanquiazul que estuviera disfrutando de los desfiles procesionales del Viernes Santo no se podrá creer la imagen que dio el conjunto blanquiazul en Alcorcón, un equipo valiente y decidido a por los tres puntos, superior de inicio a fin.

Desde el inicio, los de Víctor Sánchez del Amo fueron dominadores del partido, buscaban la portería rival con hasta cuatro y cinco hombres buscando el remate en el área, incluso por delante en el marcador, y recibieron el premio justo a un buen partido. Este hambre no se le veía a los jugadores costasoleños desde hace semanas.

El Málaga mandó desde el comienzo, y a los 13 minutos Ontiveros estrenaba la 'era Víctor' con su primer tanto en lo que va de campaña. Recorte hacia dentro marca de la casa y tiro ajustado al palo largo al que nada pudo hacer el meta rival. Ya mandaba el Málaga en el marcador, aunque no se conformó con la renta de un gol y fue a por más. Así, Adrían González ampliaba la diferencia a la media hora de juego con un zapatazo raso desde dentro del área. Los malagueños eran amos y señores del encuentro, pero cuando ya el primer acto llegaba a su fin, N´Diaye cometió un inocente penalti que Juan Muñoz se encargó de transformar para dejar el encuentro 1-2 de cara a la segunda mitad.

El golpe del penalti al filo del descanso no pudo con el ímpetu del Málaga en esta noche donde todo salía a pedir de boca. Siguieron los jugadores malaguistas buscando la meta rival y resolver cuanto antes en partido que merecían con claridad. Y solo tardó ocho minutos en volver a poner tierra de por medio. En una de las mejores jugadas en lo que va de temporada, como siempre con participación de Blanco Leschuk, Renato Santos batió de vaselina en el mano a mano a Dani Jiménez.

LaLiga 123: Los goles del Alcorcón - Málaga (1-4)

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Víctor dejaba hasta tres hombres por delante del balón cuando atacaban los alfareros para salir rápido a la contra, y así era mucho más sencillo para los extremos llegar frescos y con peligro al área rival. Superior de principio a fin el Málaga, que completó la goleada con un golazo de falta de Ontiveros donde el guardameta amarillo pudo hacer algo más. 1-4 en el marcador y el Málaga comandando el choque y sin perder la cara a la portería rival, demostrando un claro cambio en su filosofía. Quedan seis finales (más los tres puntos frente al Reus), que no decaiga.

Con esta victoria, el Málaga recupera la sonrisa, recobra moral y se coloca cuarto momentáneamente con 58 puntos, a tres del ascenso directo, a la espera de lo que hagan Granada y Albacete este fin de semana. Próxima estación: Mallorca en La Rosaleda.