El Málaga CF tiene esta noche en La Rosaleda (21.00/GolTV) la posibilidad de que el retorno a la máxima categoría del fútbol español deje de ser una cuestión de fe. Este 13 de mayo, día en el que cada año se conmemora la aparición de la Virgen en Fátima, no sólo tendrá que pelear contra el Oviedo. También contra esos casi cuatro meses en los que los blanquiazules se han mostrado incapaces de regalarles una sola victoria a sus incondicionales dentro del casi siempre amable templo de Martiricos.

Todo apunta a que Víctor Sánchez del Amo prácticamente calcará el esquema que le reportó un valioso empate sobre el césped del Carranza. Apenas tendrá que cubrir la baja forzosa de Lombán, con la incorporación de Luis Hernández. No obstante, a la convocatoria para hoy hay que añadirle dos muy buenas noticias, como son los regresos tras sus complejos periodos de lesión de Juankar y de Koné.

Enfrente llega un Real Oviedo al acecho de unos puestos de play off fuera de los que esta pasada semana se ha encontrado el conjunto malaguista por primera vez en toda la temporada. Esta circunstancia hace que cada vez el margen de error sea más pequeño. De hecho, a los asturianos le motivará especialmente tener a tiro de victoria la posibilidad de superar en la tabla a su rival de esta noche.

Llegan además con un inquilino en el banquillo que, como Víctor, ha mejorado la dinámica en el poco tiempo que acumula en el cargo. Sergio Egea guió al Oviedo a sumar los tres puntos en su debut en Almería y empató en la última jornada ante el Granada en el Tartiere. Así se ha acercado a las posiciones de privilegio que constituyen otra campaña más su principal objetivo clasificatorio.

Víctor aspira por su parte a prolongar las buenas sensaciones de sus tres encuentros como técnico en Martiricos. Tras golear en el debut en Alcorcón, el juego mantuvo su brillo sin premio contra el Mallorca, en el único borrón hasta la fecha (0-1). Y con la posesión en el feudo cadista, incluso merecieron sus pupilos algo más que el punto cosechado el pasado lunes.

Para su pizarra es muy difícil que introduzca de inicio a quienes acaban de salir de sus respectivos procesos de recuperación, Juankar y Koné. Pero en función de la evolución del encuentro no se descarta que puedan contar con algunos minutos en la recta final de este importantísimo duelo.

Para hallar otro Málaga-Oviedo en la historia blanquiazul más reciente hay que remontarse a la campaña 2000/01, cuando el marcador de La Rosaleda reflejó un empate a dos tantos. Fue casualmente el mismo resultado que se había dado en el anterior antecedente, en Segunda División, pero hace algo más de tres décadas y con la anterior denominación.

Fue el 20 de septiembre de 1987, en la cuarta jornada liguera para aquel CD Málaga. Con Kubala en el banquillo, Juan Gómez 'Juanito' y Rivas pusieron los dos goles locales. El primero abrió la cuenta malaguista al cumplirse el primer cuarto de hora y, pese a la remontada de la segunda mitad para los visitantes, Rivas ataría las tablas.

Para este Málaga que saltará al campo con los renovados aires incorporados por Víctor, la clave estará también en que los visitantes abran sus líneas para intentar apurar sus opciones de encarar las últimas jornadas con opciones de ascenso. De hecho, la principal diferencia entre Egea y su antecesor en el cargo, Anquela, es que el primero ha aligerado la línea defensiva. Ha recuperado los cuatro zagueros, frente a los tres centrales que habían generado una dinámica menos ofensiva de lo previsto.

Es el mismo mal que ha condenado al Málaga CF durante la mayor parte de la actual temporada. El gol se mantiene como la gran asignatura pendiente del curso. A la racha inicial de Blanco Leschuk le siguieron las dianas que acumuló Adrián. Pero la irregularidad en ataque de esta plantilla es manifiesta.

Los ovetenses llegarán además espoleados por el punto cosechado frente a la escuadra nazarí que este fin de semana ya ha dado un paso casi definitivo para alcanzar el ascenso directo a LaLiga Santander. Pero también son conscientes de que el Málaga CF puede ser tan letal con la posesión casi permanente, como al contragolpe. Esa necesidad de poner fin a una racha de siete jornadas sin ganar en su estadio es el desafío al que se apela desde Asturias.

En las manos de Víctor, como timonel, y de cada uno de los guerreros que saltarán al campo durante la batalla de esta noche está cambiar el curso de este curso. La afición, como cada lunes, abarrotará desde temprano vías aledañas a Martiricos, la avenida de Fátima, entre otras. Cuestión de fe.