El malaguismo vuelve a creer en el «sí se puede». El gran triunfo del equipo blanquiazul la noche del lunes contra el Real Oviedo ha devuelto la ilusión al equipo y a su entorno, en un momento clave de la temporada, con solo cuatro jornadas por delante hasta el final del campeonato nacional de Liga, que en el caso del Málaga CF serán tres jornadas toda vez que el próximo fin de semana tendría que jugar contra el retirado Reus y tendrá «descanso productivo», sumando 3 puntos sin necesidad de sudar la camiseta.

Lo cierto es que ante los ovetenses se vio la mejor versión del Málaga CF en lo que va de temporada. Una gran noticia justo la jornada después de perder por primera vez en la Liga un sitio entre los seis primeros de la clasificación, los puestos que dan derecho a subir a LaLiga Santander de forma directa (los dos primeros) y a disputar el play off de ascenso, del tercer al sexto clasificado.

El Málaga CF es ahora quinto, con 62 puntos, que serán 65 el próximo fin de semana por ese 0-1 que LaLiga le va a «regalar» al equipo blanquiazul por su «no partido» ante el Reus. El ascenso directo parece imposible, por los 71 puntos que tiene ya el Granada, pero lo que tiene muy bien encaminado el equipo de Víctor es asentarse en esa zona de play off.

Y es que de los tres partidos que le restan por jugar, dos serán en casa, ante el Zaragoza y el Elche (ambos en la zona medio-baja de la tabla sin opciones de llegar al play off, pero virtualmente salvados también de caer a la zona roja) y el otro en el Carlos Belmonte de Albacete, contra un rival directo en la lucha por el ascenso a LaLiga Santander.

Después de 114 días sin ganar en casa, el Málaga CF repitió triunfo ante sus aficionados. Desde el 2-1 contra el CD Lugo habían pasado siete partidos sin poder sumar los 3 puntos, que ante el Real Oviedo sí se pudieron amarrar.

Al Málaga CF le salió todo bien el lunes. Ni siquiera la expulsión de Keidi Bare en el minuto 30 de la primera parte fue un problema en un partido que tuvo varias claves que equipo y banquillo supieron gestionar con éxito antes y durante los 90 minutos de juego.

La vuelta de Juankar

Juankar volvió más de siete meses después a jugar al fútbol. El lateral izquierdo no jugaba desde el 15 de septiembre ante el Córdoba. Sorprendió su titularidad, pero los 60 minutos que estuvo sobre el césped demostraron que fue un acierto la apuesta de Víctor por darle un sitio en el once inicial. Estuvo bien atrás y también dio profundidad al equipo. Su dupla con Ontiveros en el carril izquierdo resultó letal.

Ontiveros superstar

La llegada de Víctor Sánchez al banquillo ha hecho aparecer al mejor Ontiveros de la temporada. Su partido ante el Real Oviedo fue nivel top internacional. Forzó el penalti que abrió el marcador y, ya con solo 10 en el campo tras la expulsión de Keidi, se inventó un gol de crack en el último minuto del primer tiempo que «mató» las esperanzas del Real Oviedo de remontar el partido. Lleva 3 goles desde el cambio de entrenador y en este estado de forma hace del Málaga CF favorito claro al ascenso de categoría.

Con 10 mejor que con 11

El Málaga CF hizo un gran partido y solo en el primer cuarto de hora se le vio algo timorato ante un Real Oviedo que desde el primer ataque quiso meter miedo a los malaguistas. El gol de penalti de Adrián allanó el camino, pero sobre todo fue a partir del minuto 30, con la expulsión de Keidi, cuando el equipo se adueñó del partido, dominó el «tempo» y jugó siempre a lo que quería un Málaga capaz de no sufrir atrás durante una hora de juego en inferioridad y, sobre todo, capaz de meter dos goles a un Real Oviedo superado de principio a fin en esos 60 minutos, a pesar de estar con superioridad en el campo.

Lectura del partido

El Málaga CF y su técnico supieron tomar las decisiones correctas en función de cómo discurrió el partido. Sin Keidi, la pareja Adrián-N'Diaye se hizo «grande» en la parcela ancha hasta el punto de que la ausencia del albanés en el centro del campo fue imperceptible en la maquinaria del juego malaguista, tanto en ataque como en defensa. Además, el equipo supo nadar y guardar la ropa. No especular atrás con el 1-0 le hizo no pasar excesivos apuros en torno a la portería de Munir y también tener en vilo a la retaguardia del rival, saliendo al contraataque con muchos efectivos cada vez que el Málaga recuperó el balón en la zona ancha o en la línea defensiva. Meter dos goles con 10 jugadores no es habitual, pero el planteamiento ambicioso de Víctor tras la expulsión le dio sus frutos.