El Málaga ya acaricia la clasificación matemática para los play off de ascenso. Los de Víctor Sánchez del Amo volvieron a dejar los puntos en La Rosaleda, esta vez con remontada incluida, ante un Zaragoza que aunque no se jugaba prácticamente nada cuajó un buen primer tiempo y se adelantó para complicar las cosas a los blanquiazules.

Una vez más desde el cambio de entrenador, los malagueños mostraron su mejor versión, pese al mazazo inicial, y en el segundo tiempo, en tan solo siete minutos, remontaron el choque. Y poco más tarde Adrián anotó el 3-1 para certificar un triunfo que acerca aún más al equipo a las eliminatorias directas por el ascenso. De hecho, la clasificación podría ser matemática esta misma jornada si sus perseguidores tropiezan.

El partido se puso cuesta arriba muy pronto. Tras un comienzo de partido dubitativo de los locales, Pep Biel adelantó a los maños ante la pasividad de la zaga. Recortó hacia dentro con mucha facilidad a Cifu y batió a Munir con un disparo ajustado al palo izquierdo de la portería del marroquí. El gol sentó como un tiro a los jugadores blanquiazules, que tuvieron unos minutos posteriores muy imprecisos y sin encontrar el camino hacia el empate, abusando en exceso del balón largo de los centrales hacia los extremos.

Lo intentaba casi siempre por la derecha el Málaga, pero Renato y Cifu no tenían el día. Poco protagonismo para Ontiverosen su única aparición antes del descanso con un disparo potente que repelió Cristian con dificultades. 0-1 al descanso, y gracias, ya que Trujillo Suárez decidió no señalar un penalti de Cifu sobre Igbekeme bastante claro.

Tenía todo el segundo acto el Málaga para resolver la papeleta, y así lo hizo. En siete minutos de vendaval blanquiazul, lo que va del minuto 54 al 61, los de Víctor voltearon el choque para delirio de La Rosaleda. Renato empató el partido tras un buen centro de Juankar. Ontiveros puso la calidad con una dejada perfecta para Adrián, que remató mordido, pero ahí apareció la figura del argentino para remachar al fondo de las mallas.

Los goles espolearon a un Málaga que ya con el viento de cara tenía a su merced a un Zaragoza que no se jugaba más que el orgullo y comenzó a bajar los brazos. A 15 minutos del final, Adrián dejó el encuentro visto para sentencia tras cazar un rechace al borde del área y empalar un zapatazo con la derecha, su pierna menos hábil, ajustado a la base del palo de la portería de Cristian, que poco pudo hacer en los goles y luego evitó una goleada mayor. Los puntos se volvían a quedar en casa para goce y disfrute de una afición que convirtió los últimos minutos del choque en una fiesta.

A falta de disputarse el resto de la jornada, el Málaga adelanta al Mallorca y se coloca en cuarta posición, igualado a puntos con el Albacete, tercero. Pero más importante aún es la distancia que abre con sus perseguidores, que podría ser suficiente para atar matemáticamente el play off si esta jornada el Dépor pierde y el Oviedo no gana en sus respectivos enfrentamientos.

El próximo encuentro, penúltimo de la liga regular, será una prueba de fuego ante un rival directo, el Albacete, y, por qué no, convertirse en una batalla directa por acabar tercero y en un ensayo de un hipotético cruce en el play off por el ascenso. El objetivo, más cerca.