El conjunto blanquiazul tenía la oportunidad de hacer bueno el punto conseguido en Anduva con su primer triunfo de la temporada en Martiricos, pero no pudo pasar del empate frente al Rayo Vallecano. Tras lograr la victoria en Santander en el debut liguero, son ya cinco jornadas consecutivas sin ganar, demasiado tiempo para un equipo que quiere verse en la zona alta o, al menos, no pasar apuros.

De nuevo se vio a un Málaga de más a menos. Como ya ocurrió frente al Mirandés tres días antes, los blanquiazules salieron al césped dominadores y confiados en la victoria, otra vez consiguieron adelantarse en el marcador pero el desenlace fue el mismo, empate del rival y reparto de puntos que lo deja con seis tras seis partidos disputados.

Cierto es que esta vez visitaba La Rosaleda uno de los conjuntos recién descendidos, candidato a todo por plantilla y presupuesto, pero el primer tiempo de los malagueños invitaba a pensar en volver a la senda del triunfo. Sin embargo, una vez más no fue de capaz de mantener la ventaja lograda en unos buenos 45 minutos.

Víctor Sánchez del Amo volvió a apostar, como en Anduva, por defensa de tres centrales con Cifu y Juankar como carrileros y la puesta en escena no pudo ser mejor. Gran inicio del conjunto costasoleño, que a los siete minutos ya mandaba en el marcador. Buena jugada colectiva que terminó remachando Cifu en el segundo palo tras un envío de Adrián. Partido de cara.

Los de Jémez quisieron reponerse del golpe inicial, mientras el Málaga seguía completando un choque notable, muy serios y compenetrados atrás y sin miedo a tirar para adelante cuando había oportunidad. Los vallecanos apretaban en busca del empate y el malagueño Pozo lo tuvo en sus botas, pero Munir. Encuentro muy abierto, de poder a poder y con ambos equipos con ocasiones para aumentar su cuenta. Así, Juanpi y Sadiku tuvieron dos buenas oportunidades para hacer el segundo, pero no encontraron portería. Buena imagen en el primer acto del cuadro blanquiazul, que se marchaba en ventaja a los vestuarios.

El partido cambió por completo tras el descanso, el Rayo subió filas y empezó a encontrar vías de aguas en la defensa blanquiazul. Nada más comenzar el segundo tiempo, Bebé estrellaba un balón en el palo y a los ocho minutos Embarba hacía el empate. El capitán de los visitantes ganó la partida en el segundo palo a Juankar y remató a placer ante Munir.

El encuentro estaba más abierto que nunca y el técnico blanquiazul decidió cambiar el sistema de juego a los 63 minutos. Víctor dio entrada a Lorenzo González, que debutaba, y quitaba a Lombán.

Cualquiera se podía llevar el choque. Ninguno de los dos conjuntos renunciaba al triunfo y las ocasiones llegaban en ambas porterías. Los entrenadores movían sus banquillos para dar frescura a sus equipos e intentar el triunfo en los minutos finales, pero ya el marcador no se movió más. El Rayo, dominador en el segundo tiempo, daba más sensación de peligro cuando se asomaba al área de Munir, aunque sin excesivas ocasiones de peligro a destacar. Un palo de Ulloa, muy escorado, fue lo más peligroso en ambas porterías de los últimos minutos. Al final, tras una dura batalla, ambos equipos parecían mostrarse con el resultado. Cero riesgo en los minutos finales para no perder lo logrado durante 90 minutos.

Dos puntos de nueve posibles en casa y segundo empate consecutivo que dejan al Málaga con seis puntos tras seis encuentros, a punto por partido, bagaje que habrá que mejorar en las próximas semanas para salir de la zona media-baja de la tabla. Sin tiempo para lamentos, y tras cinco jornadas sin ganar, los blanquiazules visitarán el sábado el Carlos Belmonte de Albacete con la obligación de sumar de tres en tres más pronto que tarde.