Siguen sin salirles las cosas al Málaga CF. Y ya van nueve jornadas consecutivas sin conocer la victoria, sin poder sumar de tres... No hay manera. Anoche, en El Alcoraz, los jugadores blanquiazules se mostraron sobrepasados, apurados, sin las ideas claras y demostrando una vez más las carencias que llevan lastrando al plantel desde el comienzo de la temporada. No pudo ser en El Alcoraz ante una SD Huesca que en ningún momento bajó los brazos ni dio opción a los de Víctor.

Como un vendaval desde el pirineo aragonés, la primera media hora de encuentro fue un asedio total del conjunto local. No cuajaron las rotaciones del entrenador del Málaga, que introdujo cinco cambios: volvió Cifu y también salieron de inicio Diego González, Renato Santos, Boulahroud y Antoñín.

La primera llamada de atención fue de Okazaki, con un disparo largo solo cuatro minutos después del pitido inicial. Pese a estar concentrados en la fase defensiva, el Huesca siempre lograba encontrar espacios con los que llegar peligrosamente al área de Munir. Poco después, tras una acción a balón parado que los de Víctor no pudieron despejar, Mosquera realizó un pase en profundidad pero Pulido, en posición de fuera de juego, hizo que el VAR tuviese que intervenir para anular el tanto a favor de los aragoneses.

Pero el mismo Jorge Pulido, otra vez en una segunda jugada tras sacar a balón parado, remató a la portería de Munir con gran potencia y puso el 1-0 para los locales. Los de Míchel siguieron intentándolo, atacando, pasando por encima del conjunto costasoleño. Incluso Okazaki batió la meta de Munir, por suerte su gol quedó anulado por fuera de juego.

No fue hasta los últimos minutos de la primera parte cuando Boulahourd o Juanpi consiguieron realizar los primeros tiros a puerta del Málaga, aunque sin crear demasiado peligro a Álvaro Fernández.

Antes del descanso, gracias a una asistencia de Mikel Rico, Juan Carlos lanzó un derechazo desde el centro del área hacia los palos de Munir y puso el 2-0. Resultado esperado para un Málaga CF se saltó al césped del Alcoraz perdido, fuera del partido y sin presentar opciones e ideas para reponerse de los mazazos del equipo altoaragonés.

Para encarar la segunda mitad, Víctor se vio forzado a realizar cambios: sentó a Renato y Lombán y sacó al terreno de juego a Adrián y Sadiku en una intentona de dar más efectividad en creación de juego y ataque. Pero el encuentro se puso cuesta arriba para una posible remontada, o al menos para sacar un punto.

El VAR cobró protagonismo en varias ocasiones y todas las decisiones fueron desfavorables para los costaleños. Primero, Ortiz Arias quiso volver a ver la jugada en la que el central sacaba un brazo disputando el área, golpeando a Pulido. El colegiado decretó la pena máxima y Luis Hernández vio la cartulina amarilla. Ferreiro la lanzó sin demasiada potencia, Munir adivinó la trayectoria y salvó a los suyos de caer 3-0. Minutos después, Adrián realizó una dura entrada a Miguelón en pleno tendón de Aquiles, al principio le sacaron tarjeta roja pero después de revisar la jugada, el colegiado lo amonestó con roja directa y dejó a los de Víctor con diez. Tan solo nueve minutos estuvo Adrián en el verde durante el choque de ayer. Por esta acción, el capitán tampoco estará en La Rosaleda para el próximo choque frente al Cádiz, un encuentro en el que el Málaga tendrá que lidiar con numerosas bajas internacionales.

Con todo en contra, el equipo de Martiricos logró adelantar líneas y llegar a campo rival, aunque acarreando las carencias que lleva demostrando a lo largo de estas diez jornadas ligueras. La falta de gol alcanza niveles preocupantes.

En el último suspiro, Antoñín recuperó un gran en largo, supo quitarse de sus rivales y frente a frente con el portero se fue alto su disparo. Ahí estuvo la gran ocasión de los malacitanos para, al menos, maquillar el resultado.

Tras saborear una victoria en La Romareda y tener que conformarse con un empate que supo a poco, anoche el Málaga realizó de principio a fin un partido pobre en el que el Huesca le pasó por encima. De los seis puntos que se buscaban en la expedición aragonesa, vuelven con solo uno y sensaciones preocupantes.

En estos momentos, la realidad es que el Málaga CF ha terminado esta última jornada sin conseguir salir de los puestos de descenso y sus próximos retos tienen una enorme exigencia. El próximo sábado, en el estadio de Martiricos recibirán al líder, el Cádiz, con una plaga de bajas entre partidos FIFA, amonestaciones y lesiones. Mucho que trabajar, poco margen de maniobra y una gran losa psicológica que merma a la plantilla. Que Dios reparta suerte en Martiricos.