No sale nada. Aún se estarán preguntando los jugadores blanquiazules cómo es posible que no se llevaran el triunfo de La Romareda. El Málaga CF lo tuvo en su mano, consiguió ponerse por delante en el minuto 89 y cuando parecía que por fin volvería por la senda de la victoria, el Zaragoza empató y a punto estuvo de llevarse el partido. Cortocircuito incomprensible de un equipo que cuajó un gran partido, quizás el mejor de lo que va de curso, ante un rival invicto y en su estadio. Puso todo para llevarse los puntos, y cuando solo tenía que resistir un minuto más el descuento después del gol de Lombán, un fallo de concentración imperdonable impidió el triunfo y el salto clasificatorio.

Hay que valorar el empate, por supuesto, pero cuando lo tienes tan cerca y la necesidad es tan grande el punto te deja un sabor amargo. Porque aunque los de Víctor Sánchez del Amo dejaron una buena imagen y estuvieron muy cerca de convertirse en el primer equipo en derrotar al conjunto maño esta temporada, la realidad es que el Málaga termina la novena jornada de LaLiga SmartBank en puestos de descenso, algo anecdótico debido a la igualdad de la tabla y las 33 jornadas que quedan por disputar, pero que sin duda se convertirá en un gran problema si no se cambia la dinámica cuanto antes y se consigue la victoria que dé aire al equipo.

El cuadro blanquiazul salió enchufado al choque y sorprendió a los tres minutos de partido. En la primera aproximación de peligro, Ismael Casas ponía un centro desde la derecha que Sadiku convertía en el 0-1 con un certero remate. Partido de cara. Aunque solo un minuto después, Papunashvili estrellaba un balón en el palo y apunto estuvo de empatar en el primer aviso de los de Víctor Fernández.

El encuentro estaba muy abierto, con opciones en ambas porterías y con un Málaga que salía sin miedo en busca del segundo. Así, Sadiku tuvo un mano a mano frente a Cristian Álvarez para hacer el segundo, pero el argentino realizó una intervención de mucho mérito. Con el paso de los minutos, los locales comenzaron a apretar y el empate llegó en los últimos compases del primer acto. Primero, Lombán sacó en la línea de gol un disparo de Papu que se colaba en la portería, y poco después, a tres minutos del descanso, el enrachado Luis Suárez ponía las tablas en el marcador. En esta ocasión, Lombán dejó demasiado espacio al delantero colombiano, que aprovechó la gran asistencia de Javi Ros para fusilar con un tiro potente y cruzado a Munir. Encuentro igualado al descanso.

Salió decidido a por el partido en el segundo tiempo el Zaragoza, pero los blanquiazules contrarrestaron bien el empuje local y durante muchos momentos dominaron el encuentro. El canterano Ismael Casas seguía cuajando un buen encuentro en el costado derecho, creando peligro con sus subidas.

El choque entraba en su fase decisiva con todo por decidir y con Víctor haciendo los primeros cambios a 20 minutos del final. Renato y Benkhemassa al campo a 20 minutos de la conclusión. Y ahí el partido entró una fase de locura donde cualquiera pudo ganar y al final se repartieron los puntos, con polémica incluida.

Pasado el minuto 80, el recién ingresado al campo Renato Santos batía a Cristian Álvarez, pero Ocón Arraiz anuló el tanto a instancias de su asistente por una inexistente falta previa de Antoñín. Lo revisó el VAR e incomprensiblemente terminó ratificando la decisión del colegiado.

Aún así, el Málaga siguió dominando los compases finales y Lombán, a la salida de un córner, hacía el 1-2 en el 89 para locura del banquillo blanquiazul. Pero solo un minuto más tarde, cuando el Málaga ya soñaba con los tres puntos, Guti volvía a igualar el partido. Fallo tremendo de concentración defensiva de los malagueños, que tiraron por tierra el gran trabajo realizado y dos puntos que ya estaban en el bolsillo. Y gracias, porque a punto estuvo Soro de hacer el 3-2 en el descuento con todo a placer en boca de gol.

Empate que, a priori, debe tomarse como positivo, por rival y escenario, pero que deja al Málaga en puestos de descenso por primera vez en esta liga con ocho puntos en nueve jornadas después de ocho partidos consecutivos sin ganar. El equipo dio la talla, lo tuvo en la mano y al final tuvo que conformarse con un premio menor. Próxima parada, el domingo en Huesca. ¡A seguir!