La mejoría del Oviedo -semana tranquila tras las dos victorias consecutivas ante el Albacete y el Girona- no oculta los factores a potenciar por el equipo de Javi Rozada. "Estoy contento, menos por los goles que nos meten, que son evitables", dijo el entrenador azul tras la victoria ante los catalanes. Porque el Oviedo parece volar en ataque (17 goles en 12 partidos, a más de un gol por encuentro, y solo en uno, ante el Elche, sin perforar la red), pero, aunque los resultados ya llegan y el equipo esquivó el descenso (está a un punto), atrás siguen los problemas.

Diecinueve goles en contra -únicamente en Tenerife dejaron los azules la puerta a cero-, el tercer equipo que más encaja, igualado con el propio Tenerife y sólo por detrás en ese ranking del Deportivo de la Coruña (22) y del Mirandés (20), son una losa muy fuerte para el Oviedo. Y para echar el cerrojo Rozada ya cuenta con el regreso de un actor llamado a ser protagonista desde su llegada al proyecto carbayón. Alejandro Arribas, central azul, lesionado hace casi un mes con un esguince de tobillo, ya está recuperado y listo para poder aportar al grupo.

Ayer, en la vuelta al trabajo del equipo en El Requexón, el madrileño, de 30 años, completó el entrenamiento al mismo nivel que sus compañeros. Estuvieron todos disponibles salvo Saúl Berjón, que tiene un golpe, aunque se espera que hoy se incorpore con sus compañeros en la ciudad deportiva. Arribas estuvo especialmente activo, incluso se quedó al final del entrenamiento ensayando tiros a puerta con Ibrahima.

El zaguero, si Rozada lo considera, podría volver a una convocatoria para jugar el sábado contra el Málaga y competir por un puesto en el centro de la defensa con Christian Fernández y Carlos Hernández, por ahora fijos en los planes del ovetense. Desde la llegada de Rozada, salvo en el primer encuentro ante el Extremadura -Arribas fue titular y luego desapareció de las convocatorias- los dos centrales, cántabro y jienense, han sido intocables para Rozada.

Javi Fernández, el otro central del grupo, que empezó como titular, todavía no ha debutado con Rozada, considerando el entrenador que una línea tan sensible como la de la retaguardia debe ser reconocible en base a los nombres.

Con la vuelta de Arribas, el panorama puede cambiar. El central fue la gran apuesta del club en verano. Michu se movió rápido en el mercado y firmó al madrileño por tres años. Vino para "liderar" la defensa del Oviedo tras la marcha de hombres importantes la temporada pasada, como Javi Hernández, Alanís y Forlín. Arribas no estuvo en plenas condiciones físicas en su inicio -eso le lastró, según dicen los que le tratan-. También dificultó su adaptación su roce con la grada en el encuentro ante el Elche. Fue pitado en ese partido y también contra el Extremadura, en el debut de Rozada. Ahora quiere empezar de cero. "Feliz de volver al ruedo", escribió ayer Arribas en su cuenta Instagram. El madrileño, central diestro, competiría con Carlos Hernández si se atiende a su posición natural. Arribas, sin embargo, puede adaptarse al central izquierdo.

Lo ha hecho en muchos momentos de su carrera y también en el Oviedo durante los minutos que ha disputado, 282 en cuatro partidos: Fuenlabrada, Mirandés, Elche y Oviedo. De optar Rozada por apostar por Arribas como central izquierdo la competencia sería con Christian, un movimiento que permitiría al cántabro luchar también con Mossa por el lateral izquierdo. "Un comodín", dijo Rozada sobre las prestaciones de Christian en su equipo.