Vuelven los fantasmas de jornadas anteriores. El balón sigue sin entrar, otra vez. Anoche, el Málaga CF se reencontró con su peor enemigo: su poco olfato goleador. Además, ayer en Martiricos causaron baja los máximos goleadores del equipo en lo que llevamos de temporada: Sadiku sigue lesionado y Adrián se cayó en el último momento de la convocatoria de manera preventiva. El capitán acusó unas molestias en entrenamientos previos al partido ante el Fuenlabrada y el cuerpo técnico decidió reservarlo de cara al próximo parón de selecciones.

Sin Víctor Sánchez del Amo en el banquillo malaguista, que cumplía su segundo y último partido de sanción tras la expulsión en casa hace dos jornadas frente al Real Oviedo, David Doniga se encargó de dar las directrices a los jugadores blanquiazules.

Durante los primeros instantes del encuentro, tanto locales como el «Fuenla» demostraron salir al terreno de juego con ganas de tener el balón y dominar desde la posesión. Pero poco tardaron los malaguistas en dar un paso hacia delante. Se había cumplido poco más del minuto de juego cuando Renato ya dio un primer aviso a Biel Ribas. También Mikel protagonizó una gran cabalgada por la banda desaprovechada por los jugadores en ataque e Hicham, bien plantado en línea ofensiva, realizó varias internadas al área de los madrileños.

No obstante, antes de la primera media hora de encuentro y pese al dominio blanquiazul, Hugo Fraile generó una ocasión peligrosa para los visitantes, su remate con la diestra desde fuera del área rozó la escuadra de Munir tras un libre directo. Por eso está entre los máximos anotadores de esta competición.

Los de Mere parecían cómodos cediendo el balón e intentando generar a través de jugadas a balón parado, o cuando el equipo de Martiricos perdía el balón. Aunque los blanquiazules se esforzaban por recuperar el esférico. En los últimos compases de la primera mitad, Luis Hernández desde atrás comenzaba la jugada del Málaga. Entre Cifu, Juanpi, Hicham o Antoñín, los costasoleños a punto estuvieron de abrir la lata. Pero con el marcador a cero, con el que llegó el partido a su intermedio, se constató la dificultad del Málaga CF de culminar las ocasiones generadas.

En la segunda parte, el Fuenlabrada intentó adelantar líneas y encadenó un par de jugadas que, a la postre, resultaron estériles. Ya con el balón, el Málaga siguió intentado batir la portería de Biel Ribas, aunque el conjunto madrileño sabía encerrarse para bloquear las intenciones de los jugadores blanquiazules.

Entre imprecisiones, pérdidas y algún que otro agarrón de los jugadores del «Fuenla», a partir del minuto 65 del choque los futbolistas del Málaga encadenaron varias ocasiones que sí llegaron a la portería rival. Primero Juanpi, luego Boulahroud con un disparo lejano e, instantes después, Diego asistido por el mismo canterano erró un remate desde muy cerca de la línea de gol que se perdió por la izquierda. Con esta última acción, más de un aficionado estaba ya cantando el gol desde las gradas o desde casa. Mucho esfuerzo, pero ninguna recompensa en forma de gol.

Con el pasar de los minutos y el consecuente cansancio de los integrantes de ambos equipos, tanto el ritmo como la intensidad del choque bajó todavía.más.

Al Fuenlabrada, que sigue mirando al resto de equipos de LaLiga SmartBank desde unos privilegiados puestos de play off de ascesnso a Primera, el empate le servía mucho más que al plantel de Víctor Sánchez del Amo y David Doniga, que se libra de terminar la semana en los puestos de descenso, pero más por demérito de los rivales que por méritos propios.

El Málaga sabe cuáles son sus puntos débiles, pero queda lo más difícil: solventarlos.