En cuestión de semanas, el Málaga CF se enfrentará a un nuevo de mercado de fichajes. Mucho han cambiado las cosas desde la sesión estival. Ya no está José Luis Pérez Caminero a los mandos de la dirección deportiva y parece que las relaciones entre los trabajadores de las oficinas de Martiricos y el jeque Al-Thani son menos tensas. Además, con la figura de Richard Shaheen se está dando un mensaje de calma y de ocupación para reconducir la situación del club. O eso parece de cara a la galería.

Mientras tanto, el Málaga sigue atado de pies y manos con respecto al límite salarial y el famoso plan de viabilidad del que tanto se habla y tan poco trasciende. La nueva dirección deportiva, con Manolo Gaspar a la cabeza, trabaja con un corto margen de maniobra para suplir las carencias que más está notando el plantel de Víctor en estos meses de competición.

Del último mercado estival de fichajes el Málaga tiene mucho que aprender. De los cinco jugadores que llegaron a la disciplina malaguista, uno se tuvo que marchar con la temporada ya iniciada, otro no llegó a ser inscrito y otros dos no están teniendo regularidad ni continuidad, aportando muy poco.

Estos nombres propios son los de Sadiku, único que se podría salvar de la última tanda de fichajes, Lorenzo González, Benkhemassa, José Rodríguez y Okazaki.

En cuanto a Sadiku, el albanés es hasta el momento el único «9» de la plantilla del Málaga CF. Desde su llegada a principios de septiembre, ha jugado 12 partidos y un total de 970 minutos. Además, en su cuenta personal lleva cuatro goles. El primero llegó en Miranda de Ebro y el resto de goles los ha marcado contra el Zaragoza en La Romareda, contra el Dépor y en el último encuentro en casa frente al Elche. Y desde hace varias semanas, Antoñín se ha consolidado como su pareja de baile en el ataque malaguista. Entre los dos llevan la mitad de goles del conjunto boquerón, cuatro el albanés y tres el canterano.

Escasa aportación

Además del papel que está realizando Sadiku, que aunque sea mejorable está en la media de lo que está haciendo el resto de la plantilla, el resto de incorporaciones del pasado verano están brillando por su ausencia. En algunos casos, la ausencia es literal.

En el tridente de fichajes de última hora, además de Sadiku, lo completaron Lorenzo González y Mohamed Benkhemassa. El caso del hispanosuizo es paradigmático: en menos de un mes, Antoñín ha conquistado el terreno que él estaba llamado a ocupar. Procedente de las categorías inferiores del Manchester City, Lorenzo ha jugado con el Málaga un total de cinco partidos, repartidos en solo 118 minutos en los que todavía no ha visto portería rival. El partido en el que más jugó fue ante el Sporting (59 minutos), después 27 ante el Rayo Vallecano y 20 con el Albacete. Sus últimas apariciones han sido de poco más de cinco minutos, ante la Ponferradina y el Fuenlabrada. Números discretos.

Por otra parte está el argelino Benkhemassa, que llegó a la disciplina blanquiazul por orden del jeque Al-Thani con contrato hasta junio de 2022. A sus 26 años y procedente del USM Argel, nunca antes había jugado fuera de la liga de su país de origen. Ha disfrutado de 392 minutos repartidos en seis partidos, de los cuales completos ha jugado solo dos y actúa tanto de mediocentro defensivo como de pivote. Víctor ha hecho varias pruebas, el jugador ha mostrado interés, pero poco se puede sacar de donde no hay.

Los dos últimos jugadores de esta lista sacaron los colores a más de uno. José Rodríguez llegó a mediados de agosto a Málaga y al final no pudo ser inscrito. Desde aquel momento su día a día no ha cambiado, entrena, va a casa, vuelve a entrenar... pero no puede vestir la camiseta malaguista en partido oficial. Su deseo es permanecer en la Costa del Sol, a la espera de que se solucionen los problemas económicos del club. Ya hay equipos que han preguntado por él pero, salvo sorpresa, será cedido para que al menos pueda competir y no pierda más valor. Y después, está Shinji Okazaki. Ya conocemos cómo se ilusionó la afición, la locura que se desató... Y cómo acabó el cuento. En Huesca, el delantero nipón es fijo en el once y ha marcado tres goles.

En enero, el Málaga tendrá que solventar estos errores e intentar, en la medida de lo posible según las exigencias de LaLiga, reforzar la plantilla, alejarse del descenso e ilusionar a La Rosaleda, cada vez más deshabitada. El mercado en Segunda B se está estudiando con ahínco y Manolo Gaspar ya tiene en su agenda varios futbolistas. En las próximas semanas, volverá el baile de nombres.