El Málaga respira fuera de los puestos de descenso un mes después. Después de cinco jornadas sin ganar y obligados a sumar tres puntos ante un rival directo, los de Víctor Sánchez del Amo cuajaron uno de los partidos más completos del curso para imponerse al Tenerife y salir del pozo tras conseguir su segundo triunfo de la temporada en Martiricos.

Era de obligado cumplimiento lograr el ansiado triunfo y así lo hizo el cuadro costasoleño. Jugando bien al fútbol, como casi nunca en lo que va de temporada, y con una seguridad atrás que se tradujo en el segundo encuentro consecutivo sin encajar gol. Y Sadiku hizo el resto. El albanés abrió la lata a la salida de un córner a los 27 minutos de partido y luego en el segundo tiempo aprovechó una pena máxima señalada por Ais Reig tras ser advertido de una posible mano desde la sala de videoarbitraje y acudir a la banda a consultar el monitor.

Fue una victoria muy trabajada, cocinada a fuego lento. Tras unos primeros compases del empuje del rival, el equipo blanquiazul se hizo con el control de la situación. Los de Víctor tomaron el mando del partido y empezaron a rondar la portería de Ortolá. Primero, Pacheco disparó demasiado cruzado y después Keidi Bare la envió alta en un lanzamiento desde la frontal. Fueron las primeras oportunidades de peligro para un Málaga que dominaba en busca del tanto que le adelantara en el marcador.

Y el premio llegó a los 27 minutos. Cuando más apretaban los de Martiricos, con un Antoñín muy activo por banda derecha, se materializó el 1-0 a la salida de un córner. Pacheco lo botó, Diego González cabeceó y el balón quedó muerto al borde del área chica para que Sadiku controlara y encañonara a un Ortolá que nada pudo hacer. Ponía el encuentro de cara el albanés con más de una hora de partido todavía por delante.

El gol coincidió con uno de los tramos de toda la temporada donde mejor fútbol estaban desarrollando los de Víctor. Pacheco generaba fútbol desde la mediapunta, Sadiku participaba para descargar hacia las bandas y Antoñín era un incordio constante para la zaga tinerfeña. Así, con ventaja mínima, se llegaba al término de los primeros 45 minutos.

No pudo empezar con más ritmo e intensidad el segundo tiempo. En menos de un minuto, Sadiku tuvo el 2-0 con un tiro potente que repelió Ortolá y en la siguiente jugada a Dani Gómez se le marchó alto un cabezazo. El Málaga seguía igual de intenso que en el primer tiempo, con todos los jugadores implicados en la presión y empujados por una grada deseosa de celebrar un triunfo en La Rosaleda.

El cuadro de Rubén Baraja, que se estrenaba en el banquillo tinerfeño, comenzó a subir líneas en busca del empate y los locales sufrieron por momentos, aunque Munir no tuvo que resolver ninguna situación de verdadero peligro. Víctor movió el banquillo para reforzar la medular en el minuto 72 y dio entrada a Benkhemassa por Adrián, que regresaba al equipo, y Renato Santos por Pacheco. Antoñín pasó a acompañar a Sadiku en punta de lanza.

Y acto seguido llegó la jugada que sentenció el partido. Ais Reig fue avisado por el pinganillo de una posible mano del Tenerife en su propia área. El colegiado valenciano acudió a la pantalla a revisar la jugada y decretó la pena máxima. Sadiku no perdonó, firmó su doblete y finiquitó la contienda a 15 minutos del final. En el tramo final, los blanquiazules solo tuvieron que mantener la concentración defensiva para amarrar tres puntos que son oxígeno puro.

Con este sufrido y merecido triunfo, el Málaga CF consigue superar en la tabla a su rival y logra así abandonar de una vez por todas los puestos de descenso a Segunda B. Los de Víctor trabajaran ahora toda la semana pensando en el Extremadura fuera de la «zona roja», pase lo que pase en el resto de la jornada. El partido en Almendralejo del próximo sábado, penúltimo de la primera vuelta del campeonato y ante otro rival de la parta baja de la tabla, se antoja vital para coger otro impulso y poner tierra de por medio con los cuatro últimos clasificados. ¡A seguir, que con victoria sabe mejor!