Después del insulso empate a cero de la pasada jornada ante el Numancia, el equipo de Víctor Sánchez del Amo trabaja desde ayer para encarar su próximo enfrentamiento, esta vez en casa y ante un Tenerife que viaja a tierras costasoleñas en una situación algo peculiar.

El conjunto insular llegará a La Rosaleda con una importantísima novedad. En la tarde de ayer, y después de que en la última jornada cosecharan una derrota (1-3) frente al Almería, se confirmó el cambio de entrenador, que llevaba varias semanas rumoreándose ante los escuetos resultados del club canario.

Rubén Baraja será el encargado de sustituir a Sesé Rivero en el banquillo del Tenerife. Rivero actuó como entrenador interino tras la destitución de Aritz López Garai, el técnico con el que los tinerfeños arrancaron esta campaña de LaLiga SmartBank.

En varias ocasiones, Baraja ha comentado que quiere basar su juego en una defensa sólida, que sea veloz a la hora de armar contraataques y que se vuelva agresivo en la presión.

El conjunto canario, con solo un punto más que el Málaga, saltará al césped de Martiricos con la misma necesidad que el Málaga: empezar a puntuar de tres en tres para desmarcarse de los puestos de descenso a Segunda División B.