Pues hasta aquí la participación del Málaga CF en esta edición de la Copa del Rey. Cierto es que un año más esta competición era más un «estorbo» que algo ilusionante para el conjunto blanquiazul, pero la forma de caer vuelve a ser sonrojante, indignante, una absoluta vergüenza. El equipo de Martiricos cayó a manos de la Unión Montañesa Escobedo, de Tercera División, en el Eusebio Arce con un solitario tanto de Quintanilla al poco de comenzar la segunda mitad.

Cero interés en esta Copa, las condiciones del césped artificial, un rival con jugadores «amateurs» que jugaban el partido de sus vidas... Podemos hablar de lo que sea, pero lo único que quedó patente es una actuación indigna de los futbolistas blanquiazules para que el Málaga se quede un año más fuera de la competición del K.O. a las primeras de cambio y pase ahora a centrarse en lo realmente importante, salvar la categoría en Segunda División.

En la primera parte, el fútbol brilló por ausencia. Partido tosco y cerrado, típico de un campo con estas dimensiones y ante un rival de esta categoría. Los de Víctor controlaban más el esférico pero sin apenas peligro. Tan solo en los últimos minutos del acto inicial, el conjunto malagueño comenzó a cercar la portería cántabra. Hubo que esperar 36 minutos para ver la primera ocasión de peligro de los blanquiazules. Renato disparó de alto. Poco después, el canterano Julio no pudo llegar a un envío al área. 0-0 al descanso.

La amarilla vista por Juankar sumaba un problema más para el Málaga. En caso de ver una segunda amonestación, el equipo costasoleño hubiera quedado con solo seis profesionales sobre el césped y la reacción tendría que haber sido inmediata para evitar incurrir en alineación indebida. Sin embargo, Víctor decidió sustituir a Diego González y dar entrada a Mikel Villanueva en el intermedio.

Tras una primera parte bastante sosa, el Escobedo hacía saltar la sorpresa a los 51 minutos de partido. Quintanilla cazó un balón suelto en el área tras varios rechaces y fusiló a Gonzalo para hacer el 1-0. El tanto dejó K.O. al cuadro blanquiazul, que apunto estuvo de ver como poco después Montiel hacía el 2-0 de falta directa. Gonzalo tuvo que meter los puños para evitarlo y mandar el balón a córner.

El Málaga estaba al borde del abismo y el técnico blanquiazul optó por dar entrada a Sadiku y mandar al banquillo a Rolón. Tenía por delante algo menos de media hora para buscar la igualada, pero el gol no llegó. Apenas una ocasión de Juanpi, que se marchó alta por muy poco, y un disparo a las nubes de Boulahroud fueron los únicos acercamientos peligrosos de los costasoleños en busca del 1-1 antes de que Dalisson certificase el pase del conjunto cántabro. El delantero local logró el 2-0, con fallo incluido de Gonzalo, para sentenciar el partido y confirmar el ridículo blanquiazul.

Se acabó la Copa. La eliminación no será traumática, ni mucho menos, pero los jugadores que vistieron la elástica blanquiazul vuelven a dejar en muy mal lugar al Málaga CF. A otra cosa. El sábado llega el Lugo a La Rosaleda, más vale ganar.