Cuando se juntan un equipo que acumulaba siete jornadas sin perder y otro que había empatado sus últimos cinco encuentros lo normal es que la cosa termine en tablas. Y eso fue lo ocurrió en Fernando Torres entre el Málaga CF y el Fuenlabrada, en un partido soporífero que solo despertó en los últimos 15 minutos. El choque pudo caer para cualquier lado en ese tramo decisivo, pero al final se mantuvo el 0-0 inicial para que los de Sergio Pellicer se traigan de vuelta un punto de un feudo complicado y sumen su octavo encuentro consecutivo sin conocer la derrota.

El partido estuvo marcado por la falta de fútbol, por la presencia del VAR y por el arbitraje caserísimo del señor López Toca. Cada equipo vio como desde la sala de videoarbitraje le anularon un gol por fuera de juego que previamente había sido concedido, sin embargo, cuando más necesito el conjunto malagueño la comunicación desde el VAR con el árbitro de campo, éste brilló por su ausencia. El colegiado cántabro se tragó un claro penalti sobre Juanpi Añor, que fue arrollado dentro del área, e incomprensiblemente desde Las Rozas ni siquiera le indicaron que fuese a la pantalla para revisar la jugada. Ahí pudo estar el triunfo blanquiazul.

En cuanto a juego, el partido fue realmente horrible en su primera mitad. Mucho te tiene que gustar el fútbol (por decir algo), si no eres del Fuenlabrada o del Málaga, para ver semejante esperpento un viernes por la noche. Hubo que esperar 43 minutos para que ocurriera algo destacable en alguna de los dos áreas, y por desgracia fue un tanto anulado al conjunto costasoleño por un leve fuera de juego de Sadiku. El albanés cabeceó al fondo de las mallas un saque de falta lateral y en un primer momento López Toca y su asistente dieron validez al gol, pero una vez fue revisado en la sala del VAR el colegiado invalidó la jugada por posición adelantada del ariete blanquiazul.

Hasta ese momento, los más destacado del choque había sido una tarjeta amarilla a Benkhemassa a los 20 minutos de partido, que volvía a condicionarse al poco de empezar y encima veía la quinta amonestación del curso y se perderá el próximo partido frente al Mirandés. Con el gol anulado a Sadiku todavía en el pensamiento ambos equipos enfilaron el túnel de vestuario para los 15 minutos de reflexión.

Si hubo algún espectador neutral valiente que siguió delante del televisor para comenzar a ver el segundo acto posiblemente lo apagó antes del final. Hasta los últimos 15 minutos, el encuentro no se activó, pero ahí sí, la balanza pudo caer de cualquier lado.

De nuevo no faltó la polémica. A los 77 minutos de juego, Juanpi Añor fue arrollado dentro del área y López Toca no señaló absolutamente nada. Pero más incomprensible aún fue que desde el VAR no le avisaran para que revisara la jugada. Era un penalti de libro que se fue al limbo.

Y solo un minuto más tarde, en el otro área, Nteka, de cabeza perforaba la portería de Munir. Otra vez el tanto fue concedido en primera instancia, pero tras ser analizada la jugada desde la sala de videoarbitraje se anuló el tanto por posición adelantada del atacante del conjunto fuenlabreño. Una para cada equipo.

El VAR fue protagonista nuevamente en un encuentro que terminó con reparto de puntos pero que cerca estuvo de llevarse el Málaga en el minuto 90 en la ocasión más clara de los blanquiazules. Sadiku recibió un envío perfecto de Boulahroud desde la banda derecha y con todo a favor cabeceó alto. Ya en el descuento, Caye Quintana la tuvo para los de Mere, pero también remató desviado.

Empate en un campo complicado que hace el Málaga sumar su octava jornada consecutiva sin perder y completar una semana con cuatro puntos de seis posibles. La peor noticia fue la lesión de Buenacasa, que tuvo que retirarse con molestias a los pocos minutos de entrar al campo.

Los blanquiazules tienen ahora por delante toda una semana para recargar pilas tras estos dos encuentros tan seguidos y preparar la visita del Mirandés a La Rosaleda, un encuentro donde deberán hacer bueno el botín conseguido en el Fernando Torres de Fuenlabrada. Sin fútbol, pero con premio.