El Málaga CF no comenzó la temporada de la mejor forma y lo continuó marcado por la irregularidad y los problemas extradeportivos. Ahora, aunque el panorama no sea excesivamente alentador, se respira un ambiente diferente, es tiempo de ver el vaso medio lleno porque los objetivos marcados a principio de la campaña parecen estar cada vez más cerca. El hecho de haber puesto tierra de por medio con los puestos de descenso ha sido clave.

Tampoco es que el conjunto blanquiazul haya vivido en las últimas semanas ninguna revolución. La plantilla sigue siendo casi la misma, con la única baja hasta el momento de Mula, cedido en el Alcorcón hasta final de temporada, y la única incorporación de Sergio Buenacasa, también cedido a las filas malagueñas hasta el término de esta campaña y que está pendiente de evolución tras haberse tenido que retirar del terreno de juego en el choque del pasado viernes contra el Fuenlabrada. Además, a los jugadores en primera persona les ha afectado el cambio de entrenador. Después de la difusión ilícita de un vídeo de contenido sexual de Víctor Sánchez del Amo, fue apartado del club y mientras tanto David Dóniga y el resto del staff técnico se hizo cargo del equipo. Pocos días después, el madrileño fue destituido con todo su equipo y pasó a dirigir el buque blanquiazul Sergio Pellicer y otros miembros del club con experiencia en el filial. Esta solución, que en un principio se propuso solo de manera interina, está dando buenos resultados y podría alargarse al menos hasta que finalice la competición liguera. Una vez más, más allá de cómo hagan o deshagan los mandatarios del club, jugadores, cuerpo técnico y afición van de la mano.

En la jornada que concluyó ayer, la 24º, el Málaga culminó su octavo partido sin perder, racha que ha favorecido a mirar desde algo más arriba los temidos y habitados durante demasiadas semanas puestos de descenso a Segunda División B. Este periodo sin dejar de sumar comenzó en la jornada 17, cuando el Elche visitó La Rosaleda a finales del pasado mes de noviembre. Los blanquiazules lograron remontar el 0-2 que los ilicitanos marcaron en la primera hora de encuentro y a punto estuvieron de llevarse tres puntos.

Después de ese empate a tres, se volvió a empatar sin goles en Los Pajaritos frente al Numancia, se cosechó una importante victoria en la cancha de Martiricos frente al Tenerife, se regresó a las tablas sin goles ante el Extremadura y por 1-1 con Lugo en casa y Oviedo en tierras asturianas. La victoria regresó a La Rosaleda gracias al tempranero gol de Antoñín frente a la Ponferradina. Hasta llegar al último encuentro del pasado viernes, otro empate sin goles en el estadio Fernando Torres con el Fuenlabrada. La próxima prueba será este domingo en casa ante un descansado Mirandés, ya que el partido del conjunto del Ebro ante el Zaragoza previsto para el sábado finalmente fue suspendido por lluvias y a raíz del mal estado del terreno de juego.

Mejores rachas

Aunque el juego del Málaga no siempre haya convencido o la fortuna no haya acompañado a los blanquiazules cuando han hecho méritos para ganar un partido, la actual racha del equipo costasoleño no deja de estar entre las mejores del club en Segunda División, ya bajo la denominación de Málaga CF. Los ocho enfrentamientos sin perder solo se pueden equiparar al rendimiento del conjunto de Martiricos en las temporadas 1998/99, 2007/08 e incluso la pasada campaña, 2018/19. Cabe destacar que, quitando el frenazo del año pasado en el choque de play off ante el Deportivo, tanto en 1999 como en 2008 los malacitanos consiguieron abandonar la categoría de plata y ascendieron a Primera División.

El año pasado, el Málaga estuvo también ocho jornadas consecutivas sumando. Desde el 0-2 en Zaragoza de la jornada 21 hasta el empate a uno en Córdoba de la fecha número 28. La dinámica la frenó Osasuna, equipo que logró el ascenso directo al terminar primero en la clasificación.

Echando la vista atrás más de una década, la siguiente mejor racha del Málaga CF en Segunda División llegó en la temporada 2007/08 con Muñiz en el banquillo blanquiazul. En aquella ocasión fueron nueve las jornadas que lograron sumarse dando esquinazo a la derrota. Jugadores como Jesús Gámez, Weligton, Javi Calleja, Carpintero o Antonio Hidalgo hicieron que el Málaga no perdiese desde el empate a uno con el Granada 74 en la jornada 20 hasta el 2-0 contra el Elche de la jornada 29, así hasta perder 1-0 en el campo del Xerez. Aquel equipo logró marcar un antes y un después logrando el ascenso a Primera División tras acabar la temporada en el segundo puesto de la clasificación.

En cambio, aún queda bastante camino para superar los grandes números que logró el conjunto blanquiazul a finales de los años noventa, concretamente en la campaña 1998/99. A las órdenes de Joaquín Peiró, Roteta, Catanha, Rufete, Edgar, Agostinho o Txomin Larrainzar hicieron vibrar y disfrutar a lo grande a la afición de Martiricos. Aquella temporada, el Málaga encadenó 17 jornadas sin perder. Sí, 17. De los 42 partidos disputados ganó 22, empató 13 y perdió solo en siete ocasiones. Desde la jornada 13, cuando se impusieron 3-2 al Logroñés hasta la 29, que ganaron 3-0 al Leganés, los de Peiró estuvieron intratables. Números que bien valieron el ascenso del Málaga CF a la categoría reina del fútbol español.