La temporada del Málaga CF está siendo una auténtica montaña rusa. Después de varios meses sumidos en una caída libre, ahora parece que ha llegado el tiempo de remontar el vuelo y continuar con la tendencia ascendente de las últimas semanas. El punto de inflexión del equipo blanquiazul tiene un protagonista: Sergio Pellicer.

A raíz de la repentina destitución de Víctor Sánchez del Amo por el caso de extorsión tras la publicación y difusión de un vídeo suyo de contenido íntimo, el Málaga, una vez más, echó mano de la cantera y subió al primer equipo al técnico del filial. Una merecida oportunidad para un hombre de la casa, que llegó al Málaga CF hace 25 años como futbolista y que conoce a la perfección los entresijos del club.

En un principio, estaba previsto que Pellicer fuese el entrenador interino hasta la llegada de un nuevo fichaje para el banquillo. No obstante, las dificultades económicas de la entidad y el buen hacer del castellonense resultaban determinantes para que el técnico permaneciese al frente del primer equipo lo que restaba de temporada. El comunicado por parte del Málaga CF se ha hecho de rogar, pero finalmente en la tarde de ayer, en la entidad costasoleña ratificaron de forma oficial la permanencia de Pellicer al frente del primer equipo hasta finales de esta campaña.

Los jugadores del plantel blanquiazul son prácticamente los mismos que cuando Víctor Sánchez del Amo quedó relegado de sus funciones. Salvo la marcha de Antoñín rumbo al Granada pese a la renovación y la inscripción como jugador profesional, Pellicer ha conseguido renovar los aires del equipo, proporcionar una inyección de moral y, a base de trabajo y humildad, conseguir los resultados que hasta ahora no se habían visto.

En los siete partidos en los que el castellonense se ha sentado en el banquillo del primer equipo, el Málaga ha conseguido un gran balance de cuatro triunfos y dos empates, logrando sumar 14 de 21 puntos posibles. Sobre todo destacan los últimos tres resultados del conjunto de Martiricos, que ha cosechado tres victorias consecutivas en casa ante Numancia y Racing y en casa del líder, el Cádiz. Estas cifras han llevado en volandas al equipo hasta colocarse a solo tres puntos de los puestos de play off de ascenso a Primera División. Como consecuencia, la afición está viviendo una nueva luna de miel con el equipo.

Movimiento en las taquillas

Aprovechando el estado de gracia de los jugadores y la gran puesta en escena de La Rosaleda en el último partido liguero ante el Racing de Santander -al que asistieron 24.773 espectadores-, el club lanzó el martes una nueva campaña de abonos para el tramo final de la temporada que ya está logrando sus frutos.

Según fuentes de club consultadas por este periódico, en solo dos días se han efectuado un centenar de nuevos abonados. Claro síntoma del optimismo que estos días rigen el sentir de los seguidores blanquiazules.

El administrador sigue su labor

Mientras en el terreno deportivo todo está en calma y los jugadores se pueden concentrar en mantener la racha victoriosa, en plano institucional continua marcado por la intervención del administrador judicial, José María Muñoz. El abogado y economista malagueño sigue acudiendo con normalidad a las oficinas de La Rosaleda para proseguir con sus labores de investigación y acción para salvaguardar los intereses del club.

Además de la destitución de Richard Shaheen, mano derecha del jeque y hasta la semana pasada director general del Málaga CF, Muñoz ha sido protagonista en otra gran decisión para el futuro del club: la autorización del traspaso de Antoñín al Granada por 1,5 millones. Cifra que puede llegar hasta los tres millones de su cláusula de rescisión en base a bonus y plusvalías.

Esta operación, aunque debilita en lo deportivo a la plantilla, resulta de vital importancia para cuadrar cuentas, asegurar la salud de la tesorería y, a la vez, demostrar el interés de los nuevos gestores por revertir la complicada situación financiera de la entidad. Todavía queda mucha tela que cortar, pero el club parece estar por fin en buenas manos.