A un paso de volver a alcanzar la gloria. El Málaga, aunque en algún tramo se desconectó del partido, peleó hasta el final la victoria ante una UD Las Palmas que también demostró coraje. No pudo ser, no se sumó de tres, pero los de Pellicer siguen a buen ritmo y encadenan cuatro jornadas sin perder a esperas de recibir las próximas semanas en La Rosaleda a dos huesos duros de roer: Zaragoza y Huesca.

Ambos equipos saltaron al terreno de juego concentrados y muy conscientes de la importancia del encuentro. Los dos equipos están situados en la parte media de la tabla, incluso empatados a puntos, pero uno necesitaba reencontrarse con la victoria después de nueve jornadas de empates y derrotas y el otro continuar con la racha de sumar de tres en tres para aspirar a algo más que a la permanencia.

Los de Pellicer saltaron al césped eléctricos, bien posicionados y avisando a los canarios desde el primer momento de sus intenciones. Las primeras llegadas a puerta de los blanquiazules no tardaron en llegar, incluso Juanpi Añortuvo una clarísima ocasión de gol en el minuto 6 de choque. La acción la intentó finalizar Sadiku, aunque se quedó sin ángulo quiso aprovechar el esférico, lo dejó en la frontal del área pero el venezolano falló el remate a puerta vacía.

Pero el conjunto de Pepe Mel también dejó instantes de presión y de querer abrir la lata, incluso Javi Castellano protagonizó una intentona que, para fortuna de los malacitanos, remató mal.

La propuesta desde inicio de los Pellicer era atractiva y, con solidez, cuando tenían el balón no les costaba demasiado esfuerzo plantarse en el área rival con peligro. En cambio, como en partidos anteriores, el Málaga erraba en el último pase, en los últimos metros, y perdonó varias ocasiones de esas que luego se recuerdan con pesar.

Pero en líneas generales, los costasoleños estaban realizando buenos minutos, quizá la única nota negativa la puso Ismael Casas. El canterano, que en las últimas semanas ha rendido a un grandísimo nivel, se mostró superado e incluso vio una tarjeta amarilla que, a la postre, determinaría su sustitución.

Con el pasar de los minutos, el Málaga fue de más a menos, perdiendo la chispa del inicio, cedió el balón y le costaba incidir en campo rival. Solo destacó una jugada de Tete Morente, en el que el de La Línea realizó una gran conducción para plantarse ante Álvaro Valles, se apoyó en Juanpi y el centrocampista vinotinto perdió el esférico.

La segunda mitad del encuentro comenzó con movimiento en el banquillo del Málaga: Cifu saltó al terreno de juego en el lugar del canterano Ismael Casas. Y en cuanto a sensaciones, la UD Las Palmas dio un paso hacia delante mientras que a los de Pellicer les costaba encontrarse.

El partido se le puso cuesta arriba al conjunto de Martiricos justo al volver al césped del Estadio de Gran Canaria. En el 48, en una acción a balón parado, el lateral Eric Curbelo acertó a la hora de rematar de cabeza el balón que le llegaba desde el córner. Así se abrió el marcador en favor de los «pío, pío», volviendo a dejar patente lo que sufre el Málaga para defender las jugadas en estático.

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Y a punto estuvieron de aumentar distancias instantes después. Pero en esa ocasión, Munir realizó un despeje milagroso en una ocasión de Rubén Castro.

En los minutos sucesivos, el gran protagonista del conjunto malacitano fue el guardameta marroquí. Los canariones lo intentaron, pero Pedri y Rubén Castro se toparon una vez tras otra con las atajadas de Munir.

Tras varios paradones consecutivos, el Málaga regresó al partido, fue a por el balón y recuperó verticalidad. No obstante, fue otra jugada a balón parado la que cambió las tornas del encuentro. En el minuto 66, desde el córner, Dani Pacheco envío un misil al área canaria y Lombán tiró de físico para peinar el esférico hasta el interior de la portería rival. Segundo gol consecutivo en las últimas dos jornadas para el defensa de Avilés, que había estado varias semanas fuera de los esquemas de los blanquiazules por lesión.

Aún con errores que pulir tanto en defensa como en ataque, el Málaga no dejó de pelear el encuentro hasta los instantes finales. Sadiku y Tete buscaban la remontada con ansia, pero entre pases torpes y pérdidas se esfumaban las esperanzas de sumar de tres. No llegó la ansiada cuarta victoria consecutiva que podía catapultar a los de Pellicer a la lucha por entrar en play off, pero el equipo sigue sumando.