La resiliencia ha sido una constante en la carrera de Juankar. Como cualquier jugador, estos días extraña es a sus compañeros, la rutina, los entrenamientos e incluso la tensión del día y las horas previas a los partidos. Ahora, confinado en casa debido a la crisis del COVID-19, el madrileño repasa con La Opinión de Málaga la actual temporada y la actualidad del club blanquiazul.

Felicidades atrasadas, el lunes fue su cumpleaños, ¿qué tal fue el día?

La verdad es que diferente y complicado por la situación en la que estamos, pero bueno, al final hay que adaptarse a como vienen las cosas.

En este momento excepcional, ¿de qué forma se organiza?

Bueno, intentar llevar una rutina de levantarte pronto, desayunar, entrenar, comer, dormir siesta, levantarte, intentar hacer algo más y adaptarte a la situación en la que estamos. No tiene nada que ver con nuestro día a día rutinario, pero es lo que hay y tenemos que intentar hacer de todo dentro de las posibilidades.

¿Está aprovechando para hacer algo que no podía o no tenía tiempo de hacer antes?

Lo cierto es que en mi día a día no soy mucho de salir a la calle, más allá de entrenar y volver a casa. Ahora toca lo de siempre, nos quejamos por todo pero al final te acostumbras a estar todo el día encerrado en casa, aunque echas de menos salir a entrenar, ver a tus compañeros y la tensión de cuando llega el fin de semana y hay que jugar el partido se echa bastante de menos.

A raíz de este parón, ¿teme que vea mermado su forma física o su rendimiento?

No, no había pensado en eso en ningún momento, no tenemos miedo a eso pero queremos que la situación cambie, que empiece a mejorar todo y que podamos hacer nuestra vida.

¿Qué cree que pasará con la competición liguera?

Me gustaría que se terminase jugando, creo que todos los jugadores pensamos así, que se acabe jugando y cuanto antes mejor. Al final nos vamos a juntar con la temporada que viene y va a haber menos opción de reacción. Así que creo que se debería jugar y si no se puede por las circunstancias nos atendremos a lo que sea.

Esta temporada le hemos visto en varias posiciones, ¿dónde se siente más cómodo o más útil?

La verdad es que más cómodo y cuando más he sentido que he podido ayudar al equipo ha sido cuanto he tenido el cambio de mentalidad, ya tiempo atrás he ido diciendo que a nivel psicológico me estaban afectando muchas cosas que no me estaban dejando ser yo. He empezado a sentirme a gusto cuando he vuelto a ser yo y creo que a la vista está, todo el mundo se ha dado cuenta, yo me he dado cuenta y al final es muy importante.

¿Le ha influido positivamente la llegada de Pellicer

Bueno, yo antes de la llegada de «Pelli» ya estaba rindiendo bien como he sido yo siempre. Pero es verdad que la llegada de Pellicer, ya sea porque es un entrenador de la casa, que hay muchos que lo conocemos desde hace cuatro años y sabemos como es, la verdad es que estamos muy cómodos y a la vista está el rendimiento del equipo y cómo nos sentimos.

Este año está siendo marcado por los temas extradeportivos, ¿cómo lo ha gestionado?

Es un año un poco atípico y raro, muchos cambios, muchas entradas, muchas salidas... Ya lo dije hace unas semanas, el mejor fichaje que hemos hecho ha sido el administrador judicial, se están haciendo las cosas bien, se está haciendo una buena gestión del club y es de agradecer. Eso nos da también a nosotros más tranquilidad, tranquilidad que ahora nos la ha quitado la situación en la que estamos, pero al final parece ser que este año es de estar revoltoso con nosotros.

Entonces, ¿ha podido conversar con José María Muñoz?

Sí, hablamos mucho los capitanes, estamos en contacto con él y cualquier novedad siempre nos la comenta en cuanto sale.

La complicada situación por el coronavirus también trae consecuencias económicas, ¿han hablado los jugadores de qué harán en caso de ERTE?

No, nos ha llegado nada, pero al final cada uno tiene su situación personal. Si se llega a este punto es algo que cada uno debería negociar individualmente y todo es respetable, el que quiere perder parte de su contrato como el que no. Son nuestros contratos y cada uno decide lo que hace.

Pese al estigma, usted no ha dudado en comentar que ha recurrido a ayuda psicológica, ¿cree que su experiencia puede ayudar a otros compañeros deportistas?

Sigo sin entender por qué la gente tiene miedo a decirlo, no pasa absolutamente nada. Cuando he ido a mi psicóloga, Rocío Pomares, tengo un montón que agradecerle. Ha sabido en cada momento lo que me pasaba y ha sido ella, también con trabajo con mi parte, la que ha conseguido que volviese a ser yo. La verdad es que lo llevo diciendo mucho tiempo, es de las mejores cosa que he hecho.

¿Notaba que la mejora mental iba de la mano de una mejora también física?

La cabeza es lo que controla todo. Muchas veces pensamos que estamos bien pero hay algo en la cabeza, como pensamientos negativos, exceso de confianza, poca confianza o cualquier cosa que hace que ese sentimiento tuyo no esté al 100% aunque tú creas que así. Todos sabemos cómo podemos rendir y sabemos cuando estamos al 100% y cuando no. Es una cosa que me di cuenta, al principio de temporada la gente me decía que había estado bien en los partidos pero yo sé lo que puedo dar y cómo puedo estar, cómo he jugado partido y cómo no... Bueno, al final soy exigente conmigo mismo y sé cuándo estoy bien y cuándo no.

¿Diría que la situación extradeportiva por la que ha pasado el Málaga CF

A mí personalmente sí, ha sido una de las cosas que me ha afectado. Desde la pretemporada el ambiente que se veía era de cachondeo por parte de la gestión, me afectó bastante. Porque yo ya llevo muchos años aquí, conozco a la gente, sé todo lo que mueve el Málaga y afecta.