Más de un mes de parón deportivo está causando no solo un tremendo agujero competitivo, también un varapalo en lo económico. Y de eso no se salva ningún equipo. El Expediente de Regulación Temporal de Empleo, conocido como ERTE, ha acabado por convertirse en el camino prioritario para la mayoría de los clubes del fútbol como escudo contra el impacto del COVID-19.

Son 14 clubes los que ya han solicitado esta solución o bien han optado por el plan B, que pasa por realizar una reducción salarial de la plantilla y miembros del club. De momento, el Málaga CF se resiste a cualquiera de las opciones. Los blanquiazules son, junto al Almería, Extremadura, Alcorcón, Numancia, Mirandés, Real Oviedo y Deportivo, los ocho equipos que aún descartan el ERTE. Aunque algunos, como el Dépor, están ya negociando una bajada de los sueldos, pendientes de los diferentes escenarios que puedan darse. Mismo escenario que maneja el Cádiz CF. líder de la competición, según aseguró días atrás su presidente, Manuel Vizcaíno. El máximo mandatario de los amarillos no descarta el ERTE, pero también sopesa llegar a un acuerdo de bajada de salario que afectaría a jugadores, cuerpo técnico y ejecutivos, con él a la cabeza.

La situación es paradójica en las oficinas de La Rosaleda. Un club como el Málaga, inmerso en una etapa de reestructuración tras la desvinculación de Al-Thani y la gestión del administrador judicial, José María Muñoz, evita por el momento el ERTE a la espera de más detalles.

Aunque no se descarta, en la entidad no han informado de que esta medida se vaya a realizar. Se ha conseguido un respiro en lo institucional tras la venta de Antoñín y los ajustes económicos. Las circunstancias de congelamiento de ingresos, sin embargo, apremian.

Es importante saber si se volverá a reanudar la temporada (a puerta cerrada) o si, por el contrario, no puede disputarse. Esta opción es la última encima de la mesa, pero la incertidumbre sigue candente. «Esto no ha ocurrido nunca. Todos tenemos la incertidumbre de cómo llegamos en este último tramo», declaró el técnico Sergio Pellicer, que insistió en la necesidad de que haya un acercamiento entre las partes que se sitúan al frente del barco. «LaLiga, la Federación Española y la AFE deben ir de la mano. Cada uno tiene que ceder; es un momento de unir, no de dividir», dijo.

LaLiga instó a principios de este mes a los equipos de Primera y Segunda División a realizar un ERTE «en un ejercicio de responsabilidad necesario para preservar un sector que representa el 1.37% del PIB, y emplea cerca de 185.000 personas», decía el ente presidido por Javier Tebas en una nota informativa.

El aluvión de ERTEs es una realidad en la categoría de plata. La UD Las Palmas ya incluso tiene aprobado por el Estado el ERTE. Elche, Ponferradina, Fuenlabrada, Tenerife, Albacete, Lugo y Racing de Santander han movido ficha para aplicar esta drástica medida. Algunos clubes ya han acordado una reducción del 70% de los sueldos a la plantilla y también a trabajadores de diversas áreas.

El Málaga CF evita los recortes

La solución alternativa es, por tanto, la rebaja salarial, pero se necesita un acuerdo con los propios jugadores. Cádiz, Zaragoza, Rayo Vallecano, Sporting y Huesca ya lo están efectuando. En el Málaga predomina la calma y predisposición a llegar a una solución que perjudique lo menos posible al club y a sus efectivos. Juankar, en una entrevista para La Opinión de Málaga aseguró que no les habían comunicado nada sobre un posible ERTE: «Si se llega a este punto, cada uno debería negociar individualmente y todo es respetable».

El extremo Tete Morente también se manifestó sobre el tema la pasada semana en Ser Deportivos y reafirmó su postura de ayudar en todo lo posible. «Si el club necesita que nos bajemos el sueldo, estamos dispuestos a lo que necesite el club para ayudar. El capitán, Adrián, nos llamó hace dos o tres días a todo el equipo y nos dijo que estuviéramos tranquilos porque, por ahora, no tenían intención de hacernos un ERTE», aseguró.

La irrupción de la pandemia está siendo un golpe duro y sin precedentes para el deporte. El Consejo Superior de Deportes se mantiene firme a la hora de dar permiso a los clubes para volver a los entrenamientos y no lo hará hasta que la situación esté más controlada. La AFE, por su parte, ya ha informado de medidas a llevar a cabo cuando las autoridades sanitarias y el Gobierno permitan la vuelta al trabajo de los jugadores. Reconocimientos médicos con test de coronavirus, evitar la firma de autógrafos o las entrevistas presenciales y la realización de una pretemporada de dos o tres semanas, son algunas de ellas.

Las prioridades económicas seguirán siendo el ERTE y los recortes salariales, sabiendo que en medio de una situación con tantas preguntas sin resolver es complicado dar sentido al verbo planificar. Negociar y renegociar, esfuerzo de todas las partes y paciencia para esperar que la temporada termine en el césped, y no en los despachos. El Málaga, de momento, se mantiene pausado y a flote.