La afición blanquiazul siempre ha estado, está y estará con el Málaga CF, pero durante unos meses los jugadores no podrán sentir su calor durante los encuentros ligueros en La Rosaleda. La pandemia mundial a causa del coronavirus ha provocado que la ciudadanía tenga que cambiar sus formas de contacto social, al menos hasta que exista una vacuna, lo que implica que habrá que evitar los actos multitudinarios que expongan a la población a un contagio, es decir, que cuando vuelva a rodar el balón sobre el césped las gradas de Martiricos deberán estar vacías hasta nueva orden.

Las autoridades sanitarias calculan que la ausencia de público en los estadios se mantendrá hasta principios de 2021. O lo que es lo mismo, que el Málaga tendrá que disputar los seis encuentros que le quedan en casa esta temporada y prácticamente toda la primera vuelta del próximo curso, si se mantienen las fechas habituales, sin su fiel afición. El «Qué bonito es cuando salga de casa para ir al estadio a animar a mi equipo» tardará unos meses en volver a sonar en el interior del estadio.

Quedan 11 partidos para terminar la temporada 2019-20 en LaLiga SmartBank, y seis de ellos deberán disputarse en Martiricos. Si finalmente puede concluir el curso, tal y como son los planes del organismo presidido por Javier Tebas, que espera ordenes de Sanidad para iniciar el plan de vuelta a los entrenamientos, el Málaga deberá enfrentarse al Huesca, Extremadura, Girona, Albacete, Deportivo de la Coruña y Alcorcón en casa y sin público, un peaje que esperemos que no haya que lamentar dada la importancia de la hinchada blanquiazul.

Los datos de esta temporada están ahí. La Rosaleda es uno de los estadios de Segunda con más afluencia de público semana a semana, con más de 15.000 espectadores de media, cifra superior incluso que en algunos estadios de LaLiga Santander. El conjunto blanquiazul, primero con Víctor Sánchez del Amo y luego con Sergio Pellicer, ha estado casi cinco meses sin perder en Martiricos este curso, y parte de la culpa de esos magníficos resultados la tiene su afición, que no ha fallado nunca. Desde el 12 de octubre, que el Cádiz, líder, asaltó La Rosaleda, hubo que esperar hasta el 8 de marzo para que otro equipo se llevara tres puntos de vuelta a casa. Fue el Zaragoza, precisamente, en la última jornada que se disputó antes de que el coronavirus obligara a suspender las competiciones deportivas.

Ahora, los futbolistas blanquiazules tendrán que acostumbrarse a vivir sin ese apoyo en cada partido en su feudo hasta que todo esto pase y las autoridades permitan de nuevo público en las gradas de estadios y pabellones.

Así que, no queda otra. Los futbolistas tendrán que acostumbrarse a escuchar sus voces y no las del público durante los partidos y la afición tendrá que esperar impaciente para poder volver a sus localidades y vivir el fútbol in situ. Mientras tanto, los hinchas tendrán que conformarse con mostrar su apoyo en las redes sociales y seguir por televisión los éxitos, esperemos, del Málaga CF.