Mayo es el mes del Día de la Madre, un día muy señalado y emotivo que llegará el próximo domingo. Pero aunque en el mundo del fútbol estén siempre relegadas a un segundo plano con respecto a sus hijos, en esta ocasión el Málaga CF ha querido dar voz a las madres de Adrián, Tete Morente, Kellyan e Iván Jaime.

A través de los canales oficiales del club, nos cuentan las pillerías de los futbolistas blanquiazules siendo niños, cómo crecieron y lucharon por llegar a donde están y muchas otras anécdotas.

Merche Morales, madre del capitán Adrián asegura que vive bien el confinamiento. "Todos los días nos vemos a través de la pantalla y mis besos, mis abrazos y mi amor les llega seguro". Revela también que el plato favorito de Adrián son las manitas de cordero con tomate. ¿Y cómo es Adrián como hijo? "Un amor, no puedo estar sin él", señala Merche. Los partidos los vive "con muchísima tensión" desde por la mañana y "confiando" en que el Málaga CF va a salir victorioso. Además, en casa de los González Morales el fútbol es difícil de evitar. "Cómo no vamos a hablar de fútbol si es lo que nos apasiona y nos da tantas alegrías. Y que siga así".

Lourdes Oliva, madre de Tete Morente, resalta que fue una alegría que su hijo recalase en el conjunto de Martiricos. "Cuando me dijo que venía a Málaga no me lo podía creer, la verdad. Estamos muy felices porque podemos compartir mucho más tiempo, podemos, todas las semanas que juegue en casa, disfrutar de él en el campo. Ahora ha surgido esto del coronavirus, pero somos fuertes y toca mirad hacia adelante. Llegarán momentos mejores", comenta. La carrera de Tete ha hecho que desde muy joven esté fuera de su casa, algo que acepta su madre aunque reconoce que es complicado. "Siempre me he hecho la fuerte y le he apoyado siempre en todo lo que él ha decidido. Hemos llorado muchísimo los dos y su padre. Ha sido un poco difícil, especialmente al principio, que se marchó con 12 años a 900 kilómetros de casa y eso no se olvida en la vida, pero a la vez muy feliz porque sabía que era para cumplir su sueño". Lourdes vive los partidos de su hijo con ilusión y nervios a partes iguales y afirma que prefiere verlo en directo que por televisión para sentirle más cerca.

De la niñez de Tete, su madre no esconde que era "un poquito travieso". "Un día me dio un susto bueno. Se fue a casa de una amiga, porque nosotros vivimos en una urbanización de bloques, y se fue al piso de una chiquilla que vivía en el piso de enfrente sin decirme nada. Yo buscándolo por todos lados, pegando en todos los porteros para ver dónde estaba y toda la urbanización buscando a mi Antonio. Claro, yo nunca buscaba en casa de ninguna chiquilla, me empeñé en ir donde había niños. Llamé a la policía porque a la hora y pico el niño no aparecía. Después de dos horas de estar buscándolo con la policía, lo veo venir del piso de enfrente, que venía de casa de una chiquilla, Cristina, que se había ido a ver una película con sus padres. Era un 'trastillo', pero me alegré mucho cuando lo vi venir, ni lo regañé porque me pensé lo peor y cuando lo vi se me quitó todo".

En cuanto a la comida, el plato favorito de Tete Morente es el puchero. "A él no le gusta el guiso de pavo, a él le gusta que le eche al puchero los pescuezos de pavo junto con la pringá. Y es una locura. A mí me encanta verlo disfrutar cómo se lo come, yo se lo hago con mucho gusto".

También un par de canteranos han pasado por este tierno test a sus madres: el guardameta Kellyan e Iván Jaime.

Mónica Pajuelo, madre de Iván Jaime, destaca que su pequeño siempre ha sido "muy buen niño y muy familiar. Su mayor virtud, que tiene muy buen corazón. ¿Un defecto? Es muy cabezota".

En estos días de confinamiento, la madre de Iván reconoce que los primeros días fueron más pesados y agobiantes, pero poco a poco se han ido adaptando. "En el día él pasa varias horas entrenando, vemos series juntos, etc. Es muy cocinillas y hacemos muchas recetas 'fit' como él las llama, la verdad que lo llevamos bien". Y sin dejar de hablar de comida... "Su plato favorito es la fideuá y también le gusta mucho la carne. Un buen filete le encanta".

Curiosamente, en estos días Mónica ha hecho deporte junto a su hijo. "Dos o tres veces en semana por la tarde hacemos pilates juntos. Alguna mañana me gusta ponerme con él a entrenar, aunque muchas veces me va corrigiendo ejercicios y, evidentemente, no puedo llevar su ritmo".

Y sobre el nombre del futbolista blanquiazul, su progenitora aclara: "Hay gente que piensa que Iván Jaime es un nombre compuesto, pero Jaime es el apellido. Iván Jaime Pajuelo. Yo estoy encantada cuando le llaman Iván Pajuelo y mi padre, su abuelo, más".

Como el resto de madres, Mónica vive los partidos de su hijo con nerviosismo, ya sea desde el terreno de juego o frente a la pantalla. "Si es verdad que en el campo me suelo poner más nerviosa y con sufrimiento. Es un juego, pero no deja de ser de contacto y, evidentemente, no quieres que le pase nada a ninguno y menos a tu hijo".

Por último, la madre de Kellyan, Mercedes Leal, reafirma los nervios e ilusión al ver a su hijo jugar. "Cuando él sale a calentar, yo ya digo 'vamos Kellyan, cariño, tú puedes' y empiezo a calentar yo con él. Como profesional ha jugado dos partidos y no he podido ir a verlo, una lástima pero es así, aunque sí lo he visto jugar en Segunda B y fue muy emocionante el estar ahí arropada por todo el furor que se desata en el estadio. Yo siento que él está haciendo lo que le gusta y eso me parece muy bien. Eso es lo mejor que le puede pasar porque es por lo que ha luchado durante todos estos años".

Kellyan también lleva varios años fuera de su casa para desarrollar su carrera de futbolista, "ya vamos para casi nueve años y no llegas a acostumbrarte", asegura su madre. "Cuando acaba los partidos, pues siempre estamos cerca a través del teléfono o videollamadas. Son muchos kilómetros y las circunstancias no permiten que estemos, así que lo solucionamos todo por teléfono".

Curiosamente, Mercedes asegura que el portero malaguista no tiene plato favorito. "Él tiene platos favoritos y son todos los que yo le hago. Yo siempre he cocinado, desde que era pequeño, y se lo hago y siempre que se va dice que las multas las voy a pagar yo porque lo engordo. Eso sí, hay un plato que no le gusta para nada: el guisado de hinojos".

En una faceta más personal, para Mercedes él es "mi hijo mayor, el más alto, el más guapo, el más rubio. Se resume en que es mi hijo y qué va a decir una madre de su hijo. Pues que lo quiero muchísimo, que está viviendo su sueño y eso de lo que se trata. Porque un chaval que se fue con 13 años de casa para aprender su futuro, como Tarzán en la selva".

Por último, la madre recuerda que de pequeño le encantaba hacer trastadas. "Jugaba al escondite y no se lo decía a nadie. Él se escondía y decía 'pues ya me encontraréis y si no pues ya veremos a ver'. Meterse entre las sillas y la mesa, era lo que le gustaba. Vaciar los armarios de la cocina y meterse dentro. Esconderse dentro de una estantería. Se metió dentro de una, se tapó, se quedó durmiendo y menos mal que habíamos cerrado la puerta porque casi avisamos a urgencias. Desde tirar por el balcón todo lo que había, y cuando digo todo es desde la mopa hasta el tapón de la olla express. Hemos tenido de líos en la comunidad€ También, él tenía una hucha, que era cuando estaba la 'Play Station 1'. Pues un día fue a cogerla mi marido y se dio cuenta de que pesaba mucho y claro fue cuando Kellyan dijo que era su hucha y echaba el dinero por la ranura. De ahí hasta jugar con amigos con barro. En la huerta jugaban a ser de chocolate y se embadurnaban de barro y de agua del bancal y cuando aquello se secó, pues imagina para quitarle el barro. Y así, una detrás de otra. Se podría contar en un libro".