El Málaga CF informó ayer que llevará cabo un expediente de regulación de empleo (ERE) para reducir la dimensión del club. Era un secreto a voces la intención de la dirección de la entidad, ahora en manos del administrador judicial José María Muñoz, de iniciar este «procedimiento de despido colectivo» para reducir costes y adaptar su masa salarial a su realidad económica, maltrecha de por sí y con aún más problemas tras la irrupción del coronavirus en el mundo del fútbol.

Este ERE que plantea el administrador no viene derivado de las pérdidas económicas provocadas por la pandemia de la COVID-19, aunque sí ha inducido a tomar la determinación. Desde el descenso a Segunda División, hace ya casi dos años, el club de Martiricos debió iniciar un proceso de reestructuración de su organigrama que no se produjo y ha derivado en este proceso que ya es insalvable para garantizar la supervivencia del club, tal y como indica el comunicado oficial emitido por el Málaga a primera hora de la tarde ayer.

«El club comunica que ha tomado la decisión de presentar expediente de regulación de empleo para la extinción y/o suspensión de contratos de trabajo. En los últimos meses la Entidad está llevando a cabo diferentes medidas para paliar la difícil situación económica por la que atraviesa. La reestructuración del club se une a este paquete de medidas necesarias para asegurar la permanencia del Málaga Club de Fútbol», expone el escrito publicado por la entidad.

Inicio del proceso

Aún no se han dado conocer los términos en los que se producirá ni a cuantos trabajadores afectará exactamente, pero el ERE tendrá impacto en la mayor parte de áreas para redimensionar el club y ahorrar costes de personal. Esta medida decidida en última instancia por el administrador José María Muñoz se presenta ya como una acción indispensable para garantizar la viabilidad del club -así se expone en el propio comunicado- y «se llevará por delante» a muchos profesionales de distintos ámbitos que perderán su empleo en las próximas semanas.

Una vez anunciada la medida, se iniciará ahora el proceso de negociación entre la dirección del club y el comité de empresa para acordar los términos de un ERE que parece que se convertirá en realidad después de muchos sobrevolando la idea el entorno de Martiricos.

Como todos los clubes que pierden la categoría, el Málaga debió empezar el proceso de redimensionar el club hace ya dos años bajo el mandato de Al-Thani, una vez se confirmó al descenso a LaLiga SmartBank. La dejadez y mala gestión del catarí durante años lleva ahora a tomar esta medida, muy dura pero necesaria.

Los jugadores, al margen

Este expediente de regulación de empleo afectará a buena parte de las áreas de la entidad para rebajar el coste total de los empleados del club, pero no afectará directamente a los miembros del primera plantilla blanquiazul. Muchos equipos de Primera y Segunda División ya han acordado o están en proceso de pactar rebajas salariales con sus jugadores, con distintas cantidades en función de si vuelve o no la competición, pero de momento no es el caso del Málaga. El club sigue estudiando la situación y en próximas fechas se conocerán novedades al respecto. No se descarta ningún escenario.

Lo que sí está claro es que este ERE ayudará a aligerar la carga económica de la entidad pero no resolverá la grave crisis financiera que atraviesa. El propio administrador judicial cifró días atrás en 15,2 millones de euros el desfase existente entre la masa salarial actual de la primera plantilla y el tope que tendrá establecido el próximo curso, por lo que las acciones económicas para solventar esta diferencia seguirán produciéndose en las próximas semanas y meses para que el conjunto blanquiazul sobreviva y compita sin riesgo de descenso administrativo la próxima campaña.