Nuevo empate que deja al Málaga con mal sabor de boca y en una situación cada vez más delicada en la tabla de Segunda División. El conjunto blanquiazul no fue capaz de sacar más de un punto de su visita al Anxo Carro de Lugo en un partido horrible en el que ninguno puso de su parte para llevarse la victoria. Quizás los de Pellicer tuvieron más presencia en ataque que su rival, pero fue claramente insuficiente para sumar un triunfo que hubiera supuesto un salto enorme hacia la permanencia.

Las alarmas están ya encendidas en Martiricos. El Málaga se mantendrá con este empate una semana más fuera de los puestos de descenso, pero el margen ya es mínimo y las sensaciones tras el parón son bastante preocupantes. Tres puntos de los últimos 12, seis jornadas sin ganar y un calendario de aúpa por delante para lograr la salvación en la categoría y del club a nivel institucional.

Y es que el encuentro no pudo ser más soso y con menos ambición por parte de ambos bandos. Desde el inicio hasta el final. El choque en el Anxo Carro fue de esos que no sumaron a ningún nuevo aficionado al fútbol, seguro. Probablemente, pocos espectadores que no fueran del Málaga o del Lugo aguantaron con el televisor encendido unos 90 minutos soporíferos sin apenas ocasiones. Encuentro sin llegadas al área rival hasta que en los últimos compases del primer tiempo el conjunto malagueño dio un paso adelante y creó varias situaciones de peligro que no terminaron siquiera con remate a portería.

Los de Pellicer encontraron la debilidad en el esquema lucense por el costado izquierdo del ataque blanquiazul. Lo más peligroso en el acto inicial vino por ahí, con varios centros al corazón del área de Juankar que no encontraron rematador. Esos últimos compases y la lesión de Hicham a los 22 minutos de partido-tuvo que ser sustituido por Renato- fue lo más destacable de una primera parte entre dos equipos que necesitaban dejar atrás el miedo a perder y poner más carne en el asador en busca de tres puntos vitales.

El partido planteado por Pellicer, con Juankar y Cifu bien abiertos como carrileros en las bandas, estaba haciendo al cuadro malagueño desarbolar la defensa local en continuas ocasiones, pero no terminaba de llegar ese buen último pase que permitiera abrir el marcador. El Málaga salió bien de los vestuarios y el dominio de los últimos minutos del primer tiempo se iba haciendo más notorio. Las llegadas, ahora más peligrosas, se sucedían pero sin la suerte del gol. Tras tres disparos muy centrados de Renato, Cifu y Sadiku, el albanés tuvo la mejor de los blanquiazules a 20 minutos del final. Su cabezazo se marchó alto en lo que pudo ser el 0-1.

Comenzó el carrusel de cambios de cara al tramo final pero nadie fue capaz de cambiar el guion del partido, que parecía escrito desde el comienzo. El equipo costasoleño tenía más presencia ofensiva que su rival aunque las intentonas eran demasiadaotímidas como para desequilibrar la balanza. Daba la sensación de que el Málaga conseguía plantarse en campo rival con mucha facilidad y que si metía una marcha más podía llevarse el partido, pero incomprensiblemente no parecía a disgusto con el resultado y no mereció más que el punto rácano que se llevó del Anxo Carro.

Quizás por falta de ambición, tal vez por la notoria ausencia de calidad en los metros finales, el caso es que los de Martiricos suman un nuevo empate ante un rival de la zona de descenso que le sigue dejando en una situación muy comprometida de cara a las siete jornadas finales. Los equipos de la parte baja empiezan a apretar y será necesario ganar algún que otro encuentro para mantener la categoría. De punto en punto será imposible.

Tres empates consecutivos frente a rivales directos que sirven de poco, y el calendario de las próximas jornadas no invitan al optimismo. Primero, el Girona visitará La Rosaleda y luego los de Pellicer tendrán que medirse al Rayo en Vallecas. Dos conjuntos que pelean por entrar en el play off de ascenso a Primera. No hay tiempo que perder para que este equipo dé un cambio de cara, antes de que sea demasiado tarde.