No hay mal que por bien no venga en el seno del Málaga CF. Sí, sería mucho mejor y más eficiente competir con una amplia plantilla de jugadores profesionales, que Pellicer pudiese incluso elegir entre diferentes futbolistas en cada línea de juego. Pero la realidad en Martiricos es muy distinta y en este complicado y raro 2020 ha tocado reinventarse a muchos los niveles e intentar sacar de donde casi no hay. Por ello, una de las pocas notas positivas de esta temporada está siendo comprobar -o más bien ratificar- el buen estado de la cantera blanquiazul.

La Academia malaguista ha dado y sigue dando fútbol en España y el resto de Europa. No hay que olvidar nombres como los de Portillo, actualmente en el Getafe que Bordalás ha llevado a puestos europeos, Brahim, que se ha movido entre el Manchester City y el Real Madrid o Samu Castillejo en el laureado Milan de la Serie A italiana. En los últimos años esta lista se alarga mucho más al citar a Recio, Fornals, Ontiveros o Juanmi Jiménez y su personal récord de precocidad a la hora de debutar en la máxima categoría del fútbol español con 16 años. La última perla de la cantera ha sido Antoñín, vendido en el último mercado invernal de fichajes. Las necesidades económicas siguen empujando al club costasoleño a desprenderse de las posibles joyas del futuro y los grandes clubes están atentos a las categorías inferiores malaguistas. Tal es así que, según ElDesmarque, en las últimos días el centrocampista Antonio David del infantil se ha marchado al Real Madrid y Daniel Clavijo del juvenil pondrá rumbo hacia el Villarreal.

Todos estos movimientos también van en la línea ya marcada por el administrador judicial. José María Muñoz, para intentar reequilibrar los desajustes financieros provocados en los últimos años de gestión.

La salud de un club de fútbol también se mide en cómo estén sus bases y aquí, por suerte, el conjunto malacitano aprueba con muy buena nota. Con las ligas no profesionales suspendidas a causa de la crisis del coronavirus, los mejores jugadores de varios equipos de La Academia están trabajando con el primer equipo. Además de los habituales como Ismael Casas, Juande, Cristo o Ramón Enríquez, en la sesión de trabajo de ayer las novedades fueron el lateral derecho Ale Benítez y el extremo Rafa Camacho, ambos del filial, así como el enganche zurdo David Larrubia del equipo juvenil. Por continuidad y participación en los partidos de Segunda División, también hay que destacar la labor de Luis Muñoz, Keidi Bare e Hicham, con ficha de filial pero exigencia y garra de profesional.

Tal y como ha repetido Manolo Gaspar, responsable del área deportiva blanquiazul, en varias ocasiones, con todo el talento que brota de la cantera malaguista su mayor reto se centrará en crear un proyecto atractivo a nivel futbolístico en la capital de la Costa del Sol en el que, además, se trabaje y potencie el sentimiento de pertenencia al Málaga CF. El proceso de mejora y modernización ya está trazado, solo queda ponerlo en marcha.

Luis Hernández sigue de baja

Siguen sin llegar buenas noticias desde la enfermería. Después del el entrenamiento de ayer, en el que se priorizó el trabajo técnico-táctico con balón en el césped del Anexo de La Rosaleda, el club corroboró que el estado de salud de los jugadores tocados sigue igual que hace unos días: Luis Hernández, Aarón Ñíguez, Pacheco, Boulahroud y los filiales Luis Muñoz e Hicham trabajaron al margen del grupo. Pese a que algunos parecían más cerca de recibir el alta, se complica la participación de todos ellos en el próximo encuentro liguero.

En el día de hoy, el conjunto de Sergio Pellicer volverá a entrenar en las instalaciones de Martiricos. Será la última prueba antes del encuentro de mañana ante el Girona (La Rosaleda, 19:30 horas). Un duelo muy exigente ante un rival fuerte y en puestos de play off, ante un Málaga que sigue plagado de bajas importantes y que necesita -cada vez con mayor premura- puntuar de tres para marcar distancias con el descenso.